Aunque viajar de forma real a Irlanda sea complicado en este momento, podemos deleitarnos con sus paisajes y su cultura a través del poder de su literatura
Viajar a Irlanda sigue siendo posible durante estos días a través de la imaginación, y mucho mejor si lo hacemos ayudados por algunos de los mejores escritores irlandeses. Irlanda es reconocida por su contribución asombrosa a la literatura universal, de hecho se dice popularmente que es la tierra con mayor número de autores de renombre por metro cuadrado.
Sin duda, la contribución que ha hecho Irlanda a la literatura universal es asombrosa gracias a maestros como William Butler Yeats, Oscar Wilde, Seamus Heaney o James Joyce. Las páginas de las obras de literatos como Samuel Beckett, CS Lewis, Anne Enright y Joseph O’Connor, entre muchos otros, nos trasladan hoy en día de forma mágica a los paisajes verdes que después podremos visitar cuando la tempestad remita.
Por ejemplo, podemos viajar a Irlanda con William Butler Yeats, uno de los cuatro premios Nobel irlandeses. En sus obras podemos encontrar maravillosas evocaciones del paisaje de Irlanda, “Allí la medianoche es todo un destello, y al mediodía un resplandor púrpura” (La Isla del Lago de Innisfree) y sus leyendas: “Ven, oh niño humano, a las aguas y lo salvaje, con un hada de la mano” (El Niño Robado). De hecho, el bello condado de Sligo es conocido como “el país de Yeats” debido a su fuerte conexión con el escritor. El escritor fue enterrado allí en el cementerio de Drumcliffe a la sombra de la majestuosa montaña Benbulben.
Podemos también maravillarnos con la brillantez lingüística de otro ganador del premio Nobel, Seamus Heaney, autor de obras como “Muerte de un naturalista”. Heaney se inspiró en los recuerdos de su infancia, en la que vivió en gran parte en una granja en el condado de Londonderry. Sus poemas hablan de escenarios bucólicos y recogen escenas campestres rodeadas del ambiente bucólico de su juventud. Para poder conocer mejor su honra e influencias se puede visitar hoy en día el Heaney HomePlace, un centro cultural en su honor en Irlanda del Norte.
También es posible realizar un viaje literario al Dublín de 1904, escenario de la obra maestra de James Joyce, “Ulises”, y seguir a Leopold Bloom en el transcurso de un día mientras se mueve por la ciudad. Desde las Torres Martello en Sandy Cove (ahora convertidas en el Museo James Joyce) hasta el Cementerio Glasnevin, la calle Grafton y muchas otras paradas, la novela evoca brillantemente el carácter de la ciudad y sus gentes.
Para los lectores aficionados a obras más modernas, los bestseller de la autora Cecilia Ahern son muy entretenidos y reflejan la Irlanda actual y sus costumbres. Por su parte, la premiada escritora Anna Burns, nacida en Belfast, ambienta sus novelas en Irlanda del Norte con un estilo muy propio, mientras que las muy populares novelas de Maeve Binchy capturan con simpatía la calidez de la vida de los pequeños pueblos de Irlanda.
Otros libros clásicos, aunque no se desarrollan “literalmente” en Irlanda, si se inspiraron en su maravillosos y misteriosos paisajes.
Por ejemplo, las impresionantes montañas de Mourne en el condado de Down y otros mitos irlandeses inspiraron a C S Lewis a crear el archiconocido mundo de Narnia. El autor habla de ellas así: “He visto paisajes que, bajo una luz particular, me hicieron sentir que en cualquier momento un gigante podría levantar la cabeza sobre la siguiente cima”.
Y otro gigante también nació de la colina de Cave Hill en Belfast. Se dice que la colina de basalto, conocida localmente como la nariz de Napoleón, hizo pensar a Jonathan Swift en un gigante dormido, que luego se convertiría en el famoso héroe de “Los Viajes de Gulliver”.
Para más información: www.turismodeirlanda.com
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