A medida que avanza la crisis provocada por el coronavirus cada vez son más los museos del mundo que se debaten entre vender o no vender, he aquí el dilema.
Dentro de la multitud de sectores que sufren a nivel económico los devastadores efectos de la pandemia, hay que recordar los miles de museos que directamente afectados por la falta de turistas se ven abocados a una situación similar a la de los establecimientos hoteleros, la restauración, y todas aquellas actividades cuyo devenir está directamente vinculado con el flujo turístico.
Por este motivo en los últimos meses cada vez son más los museos del mundo que se están planteando la venta de algunas de sus obras de arte, para poder seguir adelante y afrontar una de las peores crisis económicas de la historia reciente. Por ilustrar la situación con dos casos concretos, por un lado tenemos la Royal Academy de Londres, que a finales del mes de septiembre ya se planteaba la venta del Tondo Taddei, un bajorrelieve en mármol realizado ni más ni menos que por el inmenso Michelangelo Buonarroti y que la dirección del museo se planteaba poner a la venta para poder frenar de alguna manera la situación económica y afrontar los sueldos de los empleados, cuyos trabajos se han visto afectados por la merma de público.
Evidentemente en cuanto la cuestión se puso sobre la mesa saltó el debate: ¿el arte o los empleados?. Hay que afirmar que una parte de la junta directiva se mostraría confirme en la venta de la obra considerando que la línea artística de este centro es de un estilo más contemporáneo, con algunas pocas incursiones de arte clásico, y que esta pieza renacentista encajaría mejor en un museo como la National Gallery. Visto así seguro que al genial Michelangelo le parecería una excelente solución, y los empleados del museo podrían respirar tranquilos y mantener sus empleos, en un momento tan complicado como el que nos ha tocado vivir.
Otro de los museos más visitados del mundo, el inigualable Metropolitan Museum de Nueva York, se enfrenta a una disyuntiva similar, valorando la posibilidad de vender algunas piezas de su colección para poder afrontar el agujero de 150 millones de dólares provocado por la crisis del coronavirus. Este planteamiento ha generado una gran controversia y son muchas las voces que se han alzado contra esta posibilidad que hasta la fecha es solo una opción y que en ningún caso se está formalizando en hechos concretos. Para los que critican esta posibilidad el director del museo, Max Hollein, afirma que la irresponsabilidad en la actual situación sería la de no valorar esta opción.
Opinando sobre la situación, con la distancia que requiere cualquier valoración en este sentido, es posible que por un lado la solución más práctica sea la de deshacerse de algunas piezas de arte para garantizar la supervivencia de los museos más afectados por la crisis. Pero por otro lado, hay que tener en cuenta que la devaluación del fondo cultural de los museos que opten por esta decisión podría incidir en un descenso de visitas cuando el sector turístico empiece la esperada remontada, que – esta vez sí – parece que está algo más cerca.
Visita virtual al National Gallery de Londres