Descubrir un lugar a través de su historia y cultura permite al viajero adentrarse en la verdadera esencia del destino y sentir cómo cada paso destapa retazos de un pasado culturar que brilla vivo en el presente. Esa sensación es de las más características de las Islas Baleares.
El archipiélago contiene en cada una de sus islas las huellas de épocas pasadas, desde el periodo talayótico, hasta el soberbio gótico, pasando por el Modernismo. Esta confluencia de estilos y épocas hizo que artistas reconocidos como Joan Miró quedasen fascinados del espíritu balear; y es que nadie puede quedar indiferente ante el encanto patrimonial de las islas.
Capilla Sa Tanca Vella (Formentera)
Esta pequeña capilla, sencilla y sobria, data del año 1369. Está dedicada a San Valero, uno de los santos más populares de la Corona de Aragón y fue el lugar de reunión de los repobladores de Formentera llegados de Ibiza.
Durante el siglo XIV, la población de Formentera era escasa debido a la piratería y las epidemias de peste. No fue hasta 1353 cuando el rey Pere el Cerimoniós establece su deseo de que Formentera vuelva a ser habitada y se autorizó la construcción de una capilla que consiste en una reducida sala cubierta con bóveda de medio cañón, donde prima la austeridad tanto en el interior como en el exterior, que además cuenta con muros de mampostería.
Las emprendades de Ibiza
Una de las características más especiales de Ibiza es que cuenta con una gran tradición de artesanos de los metales preciosos. Su excepcional labor destaca especialmente en los trajes tradicionales, en los que las mujeres exhiben sobre el pecho las llamadas emprendades, un conjunto de cadenas consideradas verdaderas obras de arte de la joyería ibicenca.
La emprendada es uno de los atractivos más destacados del traje tradicional ibicenco. Sus cadenas, cruces y relicarios se elaboran a mano todavía hoy y contribuyen a que en su conjunto todo el traje sea como una joya imposible de no mirar.
Su origen viene de la dote de la mujer que se iba a casar. Tradicionalmente, las niñas recibían su primera emprendada (por lo general una cadena o cruz) el día de su Comunión, y esa primera cadena se iba completando a lo largo de los años hasta la edad del cortejo. Pero no era una joya para dejar guardada en casa, sino que era habitual ver a las ibicencas luciendo sus emprendadas en las misas dominicales, procesiones o bailes.
En la actualidad, una de las mejores formas de admirar su conjunto es acudir a los bailes de payeses (danza primitiva asociada al cortejo declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial en 2012) que tienen lugar en la isla con motivo de fiestas patronales u otros eventos.
Canteras Pedreres de s’Hostal (Menorca)
Declarado Bien de Interés Cultural (1997) en reconocimiento de sus valores patrimoniales, este conjunto de canteras es un laberinto natural de obligada visita en Menorca. Ubicadas cerca de Ciutadella, forman un asombroso laberinto natural en el que descubrir las formas que han dejado los talladores manuales sobre la piedra de marés, roca que ha sido utilizada como material de construcción en la isla desde la cultura megalítica hasta la actualidad.
No obstante, las canteras de s’Hostal no siempre han sido valoradas. No fue hasta 1995 cuando la asociación Lithica empieza a revalorizar el espacio, llevando a cabo una importante labor de recuperación, ya que hasta entonces se utilizaba como vertedero.
La zona se divide en dos grandes espacios principales: la cantera de extracción manual, que deja al descubierto admirables espacios tallados a mano por los canteros; y la cantera de extracción mecánica, de formas cúbicas y rectas. Durante el verano menorquín es la cuna de conciertos y actividades culturales.
Castillo Capdepera (Mallorca)
Data del siglo XIV, era considerado el núcleo originario del municipio y su objetivo era tener una visión estratégica para controlar la zona y la comunicación marítima con la isla de Menorca. El castillo de Capdepera es un complejo formado por diferentes edificaciones de diferentes fechas y estilos, como la torre de Miquel Nunis (siglos X-XI), ubicada en el punto más alto del recinto; la extensa muralla gótica (terminada en 1386) y la Iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza (siglo XIV con ampliaciones en el siglo XVI).
Cuatro siglos después de la orden de su edificación, la fortificación se convirtió en cuartel militar hasta 1854 y no fue hasta 1983 cuando fue donado al Ayuntamiento de Capdepera. Se puede visitar de miércoles a domingos a las 11.00, 12.00 y 13.00.
Más información: www.illesbalears.travel
Islas Baleares, el destino perfecto