En esta siguiente entrega me gustaría hablaros de otros sitios de interés cultural y patrimonial de Cataluña que se encuentran situados en la provincia de la Conca de Barberà, en Tarragona.
El primer lugar del que os voy a hablar es el Monasterio de Poblet. Un monasterio de monjes cistercienses que siguen la Regla de San Benito. Fue fundado en 1.150 y está declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1.991 por la Unesco, uno de los 5 monasterios que gozan de este título en España.
Llegamos a la entrada del Monasterio y entramos en la “tienda” para comprar las entradas. Una tienda llena de productos hechos por los mismos monjes: Jabones, aceite, miel, chocolate… El ticket era bastante barato, muchos descuentos de estudiantes y familiares (clicka aquí para encontrar la información).
Mientras esperamos hasta la siguiente hora de visita, entramos en la misa de domingo. Yo no soy persona de ir mucho a misa, siendo sincera, pero debo decir que en esta ocasión me quedé bastante perpleja. No había demasiadas personas asistiendo a la misa, pero sí muchos monjes. Para mí, era interesante más que nada por ver cómo se comportaban las diferentes partes.
Al no estar acostumbrada a ver tantos monjes, me sorprendió. Me dio la sensación, por cómo estaban dispuestas las sillas, que la misa se dirigía más a los monásticos que a los asistentes. Como no soy una experta desconozco si es muy común… pero debo decir que me pareció una misa muy bonita, diferente a cualquier otra. Investigando luego averigüé que esta comunidad monástica consta de 28 monjes profesos, 1 oblato regular, 2 novicios y 1 donado.
Llegó la hora y nos abrieron las puertas. Entramos en un patio interior precioso. El solo hecho de entrar ahí dentro, me transportó a un entorno relajado y de meditación. Se siente que es un lugar con mucha historia. Desde este patio tenías acceso a las diferentes estancias que frecuentan los monjes: biblioteca, comedor, sala capitular, etc. No todos los espacios podían visitarse, algunos son dependencias en clausura; pero te permitían asomar la cabeza para verlo.
De vez en cuando, te encontrabas esculpida en el suelo alguna tumba de condes y reyes que han sido enterrados allí. También hay una fuente que se encuentra en la parte central que le da alegría al patio, es la que le da vida al verde que la rodea.
Seguidamente, pasábamos a visitar la iglesia mayor. Se construyó en el siglo XII y posteriormente se amplió. Es un lugar muy bonito a la vez que simple. Está lleno de tumbas esculpidas en la pared, pero no da miedo, ni tampoco respeto. Sientes una especie de admiración, sin saber bien por qué. La música de la misa sale por un órgano muy grande bastante nuevo construido por una firma suiza.
Después, subimos a la parte superior donde se supone que estaban los dormitorios de los monjes, aunque no pudimos acceder a ellos, estaban cerrados. Esto fue un poco decepcionante, hubiese sido interesante ver cómo son estas estancias…
Sí te permitían tener acceso al terrado que daba al patio interior que visitamos antes.
Una vez visitado el monasterio, podéis hacer alguna caminata por el lugar. Para hacer algo de ejercicio y estirar las piernas, hay una ruta que rodea todo el monasterio, con vistas a los viñedos que le envuelven. Otra opción es subir a lo alto del monte que queda delante y de este modo tener la vista de pájaro de todo el lugar.
El Monasterio de Poble, desde mi punto de vista, es un sitio que hay que visitar, conocer y del que además, se puede aprender mucho.
El siguiente pueblo de esta comarca del que os quería hablar, lo dejaré para la siguiente entrega, para así no extenderme 😉
¡Gracias a todos!
Escarlata O’Donnell
