La Ciudad de Ravenna, situada en la región de Emilia Romagna, fue en la antigüedad el centro y la capital tanto del Imperio Romano de Occidente como del Exarcado Bizantino (territorio de ultramar) de Italia. Estos grandes reconocimientos crearon un campo fértil para tender puentes entre las diferentes culturas y establecer formas de arte que no se detuvieron en la construcción de iglesias o palacios.
Ravenna ha representado un hito en el arte de la cristiandad, pero también un puente decisivo que une Oriente y Occidente, la antigüedad y la Edad Media. Ravenna es sinónimo de mosaicos, una forma de arte decorativa reconocida en todo el mundo y que en esta ciudad encuentra su mayor esplendor. En lugar de lienzos, aquí encontrarás teselas coloridas con las que los grandes artistas han compartido con todo el mundo escenas de la vida de la ciudad y escenas con un fuerte valor religioso o simbólico.
El arte en Ravenna siempre ha sido de 360 grados. De hecho, la ciudad se asocia inmediatamente con la figura de Dante Alighieri. El famoso poeta italiano, autor de la Divina Commedia, fue huésped de Guido Novello da Polenta en la última parte de su vida, entre 1317 y 1321. Ravenna recibió al poeta con los honores que merecía, ofreciéndole la posibilidad de cultivar sus estudios y terminar de escribir su mayor opera.
Este año es el 700 aniversario de la muerte de Dante y Ravenna se prepara para celebrar al poeta durante todo el 2021. Sus restos mortales descansan en un templo que alberga un sarcófago con un hermoso bajorrelieve que representa al poeta mientras lee.
Es imaginando un puente entre la arquitectura cristiana y los mosaicos, el pasado, el presente y el futuro de la Ciudad y la antítesis entre lo sagrado y lo profano que empezamos un recorrido que revelará tanto las principales maravillas que han guiado a millones de turistas a la ciudad, como las nuevas formas de arte con las que Ravenna está poniendo los fundamentos de su candidatura para seguir siendo capital.
Sólo hay una prerrogativa, la visita a Ravenna será la mayor parte del tiempo con la cara hacia arriba, las bellezas de esta ciudad, el pasado y el presente no están a la altura de los ojos.
¡Estás listo! ¡Empecemos!
La primera parte del viaje está dedicada a lo sagrado, al antiguo esplendor de la ciudad y su función como capital, al arte de los mosaicos. En esta primera parte del tour me dedicaré a los cuatro lugares que más me han gustado.
En primer lugar está la Basílica de San Vitale, un símbolo del arte bizantino en todo el mundo, adornada con extraordinarios mosaicos. La decoración de la base tiene como elemento distintivo la ofrenda, un banquete sagrado en el que participan los apóstoles y los santos pero que al mismo tiempo celebra el poder imperial de la ciudad, representado por Teodora y su esposo Justiniano.
Esta antítesis entre las ofrendas terrenales y eucarísticas se encuentra en el ábside, donde Jesús está representado entre los arcángeles, San Vitale y San Eclesio, con el suntuoso traje de un emperador, que intenta ofrecer la corona del martirio con una mano y sostener el libro apocalíptico de los siete sellos con la otra.
Seguimos con el Mausoleo de Galla Placidia, el primer ejemplo de un techo decorado con el tema del cielo estrellado (ahora común en cientos de iglesias de toda Europa).
El significado principal del mausoleo se encuentra en su forma original: el triunfo de la cruz sobre la muerte. En las pechinas de la cúpula están representados los símbolos de los evangelistas (el león para San Marcos, el becerro para San Lucas, el hombre para San Mateo y el águila para San Juan). Otro elemento recurrente es el tema del agua como fuente de vida: en las paredes se representan palomas bebiendo de un jarrón y una pareja de ciervos bebiendo de un estanque.
La tercera parada es Sant’Apollinare Nuovo. Fuera de la basílica hay un imponente campanario cilíndrico del siglo X. En el interior, la vida de Cristo juega un papel central y se divide entre escenas que representan trece parábolas o milagros (a la izquierda) y escenas que representan eventos relacionados con la Pasión (a la derecha). El Salvador se caracteriza por el púrpura imperial y el palio dorado, pero su figura es perfectamente reconocible gracias a la perspectiva ideológica, según la cual el tamaño de los personajes era directamente proporcional a su carácter sagrado.
Terminamos esta primera parte del itinerario con la Basílica de San Francisco, construida a mediados del siglo quinto. Durante el período medieval se convirtió en la iglesia favorita de los Polentanos, los señores de la Ciudad que hospedaron a Dante. Fue en esta misma iglesia donde se celebró el funeral del poeta hace 700 años y sus restos aún descansan junto a esta iglesia.
La iglesia fue levantada varias veces y hoy en día el piso original de la basílica está a 3,6 metros por debajo del nivel actual de la calle. A través de una ventana bajo el altar mayor se puede ver el suelo de la cripta, constantemente inundado de agua. Desde aquí se pueden ver fragmentos del suelo original de la iglesia.
El arte urbano
Ravenna, sin embargo, no quiere perder su posición central como capital y está haciendo una fuerte apuesta por el arte moderno, aspirando al liderazgo de ser un laboratorio de arte al aire libre.
Desde hace algunos años, se ha puesto en marcha un extraordinario proyecto de regeneración urbana que ha identificado el arte urbano (street art) como el puente entre el pasado y el futuro, entre lo sagrado y lo profano. En los barrios situados en las cercanías del centro histórico, densamente poblados, multiétnicos y a medio camino entre la arqueología industrial y las viviendas sociales de los ‘70, hay muchas obras de este arte mural.
En poco tiempo las paredes de Ravenna han cambiado de piel. La ciudad se ha convertido en un verdadero museo al aire libre con obras de artistas italianos e internacionales. Con más de ochenta obras repartidas por toda la ciudad, hoy en día Ravenna puede considerarse una de las capitales italianas del street art, atrayendo a jóvenes turistas de todo el país.
Todo esto ha sido posible gracias al festival Subsidence, promovido por la asociación cultural Indastria en colaboración con el Ayuntamiento de Ravenna, que desde el 2014 trae cada año artistas de gran fama y al mismo tiempo ofrece la oportunidad a los jóvenes artistas callejeros de la zona a expresar su creatividad.
En cuanto a la primera parte del paseo, te mostraré mis cinco murales favoritos.
Geometric Bang: para aquellos que quieren dejar el pasado sin cortar el cordón umbilical, este ilustrador y muralista italiano basa su trabajo en colores y personajes de la vida cotidiana: personas, objetos, plantas, que dan vida a ilustraciones bidimensionales fáciles de ver, pero profundas de leer. En este caso quería poner el fuerte vínculo entre Ravenna y el mundo bizantino.
Jim Avignon: un enorme jarrón cubre toda la fachada de un edificio en el barrio más multiétnico de Ravenna. Sus flores huelen a integración con rostros de mujeres y hombres, máscaras africanas, esqueletos con sombreros, gatos y mucho más. La obra, llamada “ciudad de los recuerdos”, fue creada por Jim Avignon, un renombrado artista callejero de Munich.
Pixel Pancho: “un último beso” (el nombre de la obra) antes de despedirse para siempre. La obra de Pixel Pancho, un artista callejero de Turín, emerge en toda su belleza poética en una gigantesca pared vertical de un popular complejo residencial.
Gola Hundun: el artista italiano centra su trabajo en el conflicto entre el ser humano y la biosfera. La obra tiene una triple lectura: en la parte superior el contacto con la naturaleza, en la parte inferior el entorno brutal del hombre. Para concluir la obra, una instalación con la que el intérprete continúa su camino de reapropiación de los espacios públicos.
Rustam Qbic: una obra que representa grandes pájaros con los ojos vendados que vuelan hacia la puesta de sol, guiados por personajes encapuchados: un homenaje a los que se van, sin destino, en busca de una vida mejor. La obra, llamada “Inmigración”, es del muralista kazajo Qbic.
Información útil para viajar a Ravenna
El aeropuerto más cercano es el de Bologna (con vuelos directos diarios desde las principales ciudades españolas). Desde Bologna hay trenes que llegan a Ravenna en una hora. Ee recomienda comprar la Ravenna Card a un coste de 10,50 euros.
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