Tennessee es uno de los 50 estados que conforman los Estados Unidos de América. No suele recibir muchos viajeros internacionales pero si que cada año recibe gran cantidad de turismo nacional. ¿Los motivos? La música country y su industria, senderos escénicos, prados verdes, lagos en los que poder estar casi solo, ciudades con una amplia oferta cultural y actividades al aire libre sin las aglomeraciones propias de los estados más poblados.
Nashville, capital de Tennessee, fue fundada en 1770 aunque los primeros asentamientos se remontan años atrás donde la principal actividad era la agricultura. Hoy en día, la agricultura sigue siendo una importante industria gracias a las habituales lluvias que visitan el estado pero no nos podemos olvidar de todo lo que llega a generar la música y el country.
La urbe es también conocida como la ciudad de la música donde los primeros habitantes ya celebraban su llegada al ritmo de violín y danzas. Poco a poco fue el escenario de varios grupos y artistas hasta ser la cuna del country y de muchas composiciones musicales.
Broadway / foto: Drew Hays
Entre los cantantes country más destacados podemos encontrar Johnny Cash, Jimmie Rodgers, Brad Paisley, Blake Shelton o Dolly Parton. Incluso podríamos descubrir también a Taylor Swift que comenzó con el género country y decidió mudarse a Nashville a la temprana edad de 14 años para iniciar su carrera musical.
La capital tiene mucho que ofrecer. Puedes ir a dar un paseo por Broadway, una de las principales calles y centro recreativo de Nashville que te hará recordar a Las Vegas. Allí encontrarás multitud de bares y restaurantes en los que poder sentarte a escuchar música en directo.
Nashville, música en directo / foto: Hari Nandakumar
Muy cerca está también el Paseo de la fama de Nashville o Music City Walk of Fame Nashville, tributo a todos los que han contribuido a la música country y que no tiene nada que envidiar a Hollywood Walk of Fame de California. También puedes perderte por las calles y los edificios de Downtown o ir a visitar el Partenón de Nashville, replica exacta del famoso Partenón de Atenas construido para la Exposición del Centenario de Tennessee en 1897 y que hoy en día es un museo de arte.
Si se quieren ver otras realidades y conocer distintos barrios de la capital ir hasta The Gulch podría ser una alternativa. Es un barrio urbano de aires industriales en el que encontrar infinidad de bares y boutiques. A 20 minutos caminando de The Gulch hallamos Music Row, distrito histórico donde se ubican las principales emisoras de radio, discográficas y estudios de grabación como RCA Studio B donde llegó a grabar Dolly Parton o Elvis Presley.
Callejeando por Tennessee
Muy cerca de Nashville, a media hora en coche, encontramos un pequeño pueblo llamado Franklin. Es un pueblo encantador en el que podrás ver construcciones al estilo tradicional (madera), varias iglesias y pequeños comercios locales. Es un bonito lugar en el que caminar alejado de las grandes urbes.
Si lo que te apetece es pasar el día al aire libre, Tennessee ofrece diversidad de opciones. Puedes ir a hacer un picnic con vistas a los viñedos de Arrington Vineyards y probar de su propia producción, conocer uno de los muchos lagos que bordean la región como Dale Hollow Reservoir, Percy Priest Lake o Reelfoot Lake, una muy buena opción para realizar senderismo o incluso salir de las carreteras principales y perderte por carreteras secundarias. Es en las carreteras secundarias donde se puede conocer un paisaje lleno de verde, fauna y flora.
Picnic en Arrington Vineyards
El estado de Tennessee así como Nashville tienen mucho que ofrecer y otro de sus atractivos podría ser el precio. Los billetes de avión varían según la temporada en la que se visite pero suele ser bastante económico si se compara con otros estados como California, Florida o Nueva York. Si se decide viajar de forma nacional (desde otro estado) aún es más asequible.
Tennessee podría ser tu estado si quieres alejarte de las grandes urbes, escuchar música con una magia especial, vivir experiencias al aire libre y disfrutar de la naturaleza a la vez que descubres otras zonas que quizás no son tan concurridas.
