El Louvre, en París; el British Museum, en Londres; el Hermitage, en San Petesburgo; el Prado, en Madrid… ¡y la Casa Botines Gaudí, en León! Todos los grandes destinos cuentan entre sus atractivos turísticos con museos que son de ‘visita obligada’ para el viajero. Museos de larga tradición y solera que les han valido unánimes reconocimientos internacionales.
El Museo Casa Botines Gaudí, sin embargo, lo está logrando en tiempo record. Hace apenas tres años de su apertura como tal… y ya ha conseguido ser finalista en los prestigiosos Premios EMYA, amparados por el Consejo de Europa, que finalmente coronaron como Mejor Museo Europeo 2022 al Museum of the Mind, de los Países Bajos.
Una consagración internacional al mayor de los museos de Gaudí en el mundo que le valió el derecho a participar –a primeros de mayo– en la Conferencia Anual de Museos organizada por el European Museum Forum en Tartu (Estonia). Una oportunidad única para establecer vínculos con los profesionales de los museos de toda Europa, poniendo la Casa Botines en el mapa de las mejores instituciones museísticas del Viejo Continente…
La Casa Botines –una de los únicas tres obras de Gaudí fuera de Catalunya– tuvo el privilegio de ser la primera casa de vecinos que construyó el genial arquitecto catalán (en 1892, casi dos décadas antes que la famosa ‘Pedrera’ barcelonesa). Y en ella ensayó muchas soluciones estructurales, decorativas y simbólicas, que luego fueron una constante en su obra. Así dotó a la planta baja –destinada a los almacenes textiles Fernández y Andrés– de una gran flexibilidad de uso (sustituyendo muros de carga por esbeltos pilones de fundición.
Y en los pisos superiores, para viviendas, la funcionalidad de las puertas de doble vano (a fin de facilitar el tránsito de muebles), las ventanas de guillotina, los patios embudados (que dotan al interior de luz y ventilación) y las escaleras, con su pasamanos ergonómico, que se fusionan con la belleza de las mirillas, los pomos de puertas y ventanas. Todo ello, para crear un edificio funcional… pero moderno y revolucionario.
En 2017, la Fundación Obra Social de Castilla y León (FUNDOS) decidió recuperar este emblemático edificio que había quedado cerrado al público durante décadas lo que propició la creación, hace tres años, del Museo Casa Botines Gaudí. Las cinco plantas de que consta, no solo permiten admirar con todo detalle el interior de una vivienda del siglo XIX con su mobiliario original (planta 2ª), sino también el que fuera almacén de tejidos, y una exposición permanente que abarca tres plantas dedicada a la historia del edificio, a la figura de Antonio Gaudí y a la colección Fundos (planta 3ª); una selección de casi 200 obras de arte (pintura, escultura y obra gráfica) desde el siglo XV hasta el siglo XX, de artistas tan relevantes como Goya, Sorolla, Dalí o Chillida. El museo también está preparado para acoger exposiciones temporales (planta 1ª), en una zona con varias salas concebida como ‘Espacio para la Cultura’.
Km.0 de la Ruta Modernista ‘El León de Gaudí’
La Casa Botines es también Km.0 o punto de partida de una Ruta Modernista por León con más de 30 edificios que trasladarán al visitante en un emocional viaje de retorno al pasado, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. La misma permite descubrir la belleza de construcciones cuya historia, en condiciones normales, habría pasado inadvertida. Para ello basta solo con convertirse en un paseante urbano… y dejarse llevar por la voz de la ciudad. Porque esos edificios hablan por sí solos, cuentan mil y una historias.
Tras iniciar la Ruta en la Casa Botines, el recorrido continúa por la calle Ancha, que acoge la mitad de los edificios de la misma. Como el Café Victoria (1886), único local que se mantiene abierto bajo el mismo nombre y dedicación desde su apertura. Después de admirar la Capilla del Cristo de la Victoria (1884) podemos hacer lo propio con un edificio modernista (1885) en la esquina entre la calle Ancha y Regidores.
Y frente a él, el reformado Palacio de Villasinta (1907). Los bloque de calle Ancha 15 (1886), calle Ancha 13 (1885) y calle Ancha 14 (1886) también son dignos de verse, al igual que el Edificio Balbuena Medina (1902), el del Hotel Noriega (1888) o la Casa Familia Picón (1924).
La propia calle Ancha acoge edificios como los del nº 10 (1902), nº 7-5 (1898) o nº 8 (1904) para continuar con el Edificio Farmacia Merino (1872). Tanto su estructura como el mobiliario, iluminación y negocio siguen intactos desde su apertura. Y frente a él, la Casa del Maragato (1902).
La Ruta sale de la calle Ancha y se interna en la plaza de la Catedral donde se alza el Edificio de Correos y Telégrafos (1912-1918), en forma de castillo (recuerda al de la Casa Botines). Le siguen el Edificio Dámaso Merino (1903), el de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León (1906) y el Edificio Pallarés (1922), ya en la plaza de Santo Domingo, que también acoge el Edificio Goyo (1920), el Hotel Oliden (1925) y el Calvo Quirós Casa Ciriaco (1913).
Siguiendo por la Avenida de Ordoño II encontramos el Edificio Lorenzana (1912) y la Casa Luben (1918). Y a continuación, la Casa Alfageme (1902), el Edifico Balet Viñas (1910), las Casas Neomudéjares y el Edificio Casa Julio del Campo. Los dos últimos edificios de la Ruta son la Casa Rondán (1922) y el Casino Recreativo (1919)… para concluir de nuevo en la Casa Botines, santo y seña del modernismo leonés.
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