El otoño también llega hoy a Malta, pero no por ello el mal tiempo, esta época es perfecta para disfrutar del ambiente tranquilo del archipiélago maltés con las suaves temperaturas del mediterráneo que las caracterizan y es que Malta es mucho más que sol y playas paradisiacas. Las islas guardan una cultura ancestral, unos parajes naturales donde poder practicar todo tipo de actividades al aire libre, una rica gastronomía y mucho más. A continuación, te contamos los mejores planes para descubrir, o redescubrir, el archipiélago maltés en otoño.
Visitar las islas en bicicleta
Sobre dos ruedas se puede descubrir lugares increíbles. Retroceder en el tiempo hasta 7.000 años al recorrer la parte suroeste de la isla, con un trayecto de 27 kilómetros que comienza en Rabat y atraviesa diversos pueblos. Durante el recorrido se puede visitar las estructuras megalíticas de Hagar Quim o Mnajdra, y maravillarse con el azul del mar desde los acantilados de Dingli. Dos imperdibles durante este recorrido son los jardines de Buskett y la Gruta Azul.
Si el viajero prefiere rodearse de naturaleza existe una ruta más rural, la del noroeste. Este camino comienza en Mdina, la antigua capital maltesa, desde allí se pueden visitar pueblos y aldeas como Mgarr, los acantilados de Dingli y la impresionante iglesia de Mosta. Este recorrido finaliza en las playas de Golden Bay, Gnejma y Ghajn Tuffieh.
Otra opción ideal para disfrutar de la naturaleza es recorrer la campiña y descubrir la asombrosa variedad de flores silvestres que aparecen con las primeras lluvias, es el lado más rural y auténtico de Malta.
Recorrer la historia de Malta
El archipiélago maltés rebosa historia por los cuatro costados y es a través de las visitas a determinados lugares que podemos conocer Malta desde la prehistoria hasta nuestros días. Viajar al pasado visitando el Fuerte de San Telmo, cuyo interior alberga el Museo Nacional de la Guerra, que cuenta con una gran exposición de artefactos de combate que se remontan a tiempos prehistóricos. Entre los elementos más emblemáticos de la colección se encuentra la armadura militar de la Orden de San Juan y los turcos otomanos, el Jeep ‘Husky’ de Roosevelt y la medalla a la valentía o la Cruz de Jorge.
Los molinos de viento en Malta son todo un símbolo. La mayoría fueron construidos mientras las islas estaban bajo el gobierno de la Orden de San Juan, por las Fundaciones Cottoner y Manoel, y otros durante el período colonial británico. Uno de los pocos molinos que se conservan en Malta es el Molino Ta ‘Kola, en la isla de Gozo, que fue construido en el año 1925 por la Fundación del Gran Maestro Manoel de Vilhena. Desde 1992 es un museo que enseña cómo se trabajaba para obtener la harina y que además posee una gran colección de herramientas tradicionales, principalmente para trabajar madera y hierro.
Además de los molinos de viento visibles y que se pueden visitar, existen ocho más bajo tierra, siete en Malta y uno en la isla de Gozo. Se construyeron entre 1950 y 1954, debido a la expectativa de que se desatase otro conflicto durante la Guerra Fría y a la experiencia de la II Guerra Mundial, ya que Malta tuvo serias dificultades para conseguir alimentos.
Los molinos tenían un aspecto muy sencillo para que no pudieran ser identificados como almacenes con capacidad para 1000 toneladas de grano. De los siete, sólo dos – Xemxija y Xlendi – han sido rehabilitados y pueden visitarse, es necesario para ello solicitar cita previa en el ayuntamiento de ambas localidades.
Otra manera de profundizar en la historia de la isla y conocer la terrible experiencia que supuso para los malteses la II Guerra Mundial, es a través de los refugios antiaéreos excavados en roca, para resistir los bombardeos que sufrieron entre 1940 y 1943. Una gran red de estos refugios se encuentra bajo el Museo Malta at War en Couvre Porte Vittoriosa.
Estos son algunos de los planes que recomendamos para descubrir o redescubrir Malta en otoño, planes que pueden complementarse con otras actividades como rutas de senderismo o paseos a caballo, eso sí, sin olvidar otro de los grandes placeres que ofrece la isla, su gastronomía, repleta de influencias italianas, árabes e, incluso españolas.
Más información: www.visitmalta.com
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