Las Islas Cook, a medio camino entre Nueva Zelanda y Hawái, se han mantenido como uno de los pocos destinos internacionales libres de Covid-19. La población del archipiélago se ha aislado temporalmente del resto del mundo para protegerse, pero ciertamente no ha perdido su espíritu cultural y el deseo de sonreír a la vida a través del deporte. De hecho, el pasado 18 de octubre finalizó la primera edición de los Juegos Olímpicos de las Islas Cook, un acontecimiento especial que involucró al 80% de la nación de forma activa o como espectadores de esta cita.
La organización de los Juegos, promovida en tan solo 3 meses por el CISNOC – Comité Olímpico Nacional y de Deportes de las Islas Cook – en una acción conjunta entre los Ministerios de Cultura, Deporte y Salud, es una demostración de la posible superación de los efectos socioeconómicos de la COVID-19.
Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), ha elogiado oficialmente los juegos: “Las Islas Cook están enviando un importante mensaje de optimismo y esperanza al resto del mundo, demostrando que los juegos se pueden organizar con total seguridad y cumpliendo con las reglas y restricciones dictadas por la pandemia. Es una señal fuerte, que da confianza anticipándose a las Olimpíadas de Tokio postpuestas. Han demostrado al mundo que no necesitas ser un país de gran tamaño para ser un gran país deportivo”, ha destacado.
La participación durante la competición de dos semanas fue récord, con más de 3.000 participantes de entre 10 y 70 años que llevaron su gran espíritu de hermandad y orgullo en una competición amistosa entre 11 de sus 15 islas y que se pudo seguir de forma gratuita tanto en las instalaciones como en la retransmisión online del evento.
A los deportes tradicionales como el atletismo, el fútbol, la gimnasia y el inevitable Rugby (un deporte de popularidad nacional), se han sumado otros locales como el Cricket, la regata con Vakas (veleros antiguos), el Ko Akari (competición de deslizamiento de cocos) y el Rore (lucha maorí).
“Mientras el mundo continúa lidiando con los problemas derivados de la COVID-19 y las estrictas restricciones en el ámbito cultural, en este pequeño paraíso, que afortunadamente aún no ha registrado un solo caso, los cookianos están celebrando la vida a través del deporte – explica Nick Costantini, GM del Sur de Europa para Cook Islands Tourism Corporation – el eslogan principal del evento es “Juntos como uno, movemos a nuestra nación” y, durante estos tiempos difíciles, eso significa avanzar juntos. Los Juegos de las Islas Cook son una oportunidad para que la nación trabaje unida, practique deporte, y mantenga la esperanza de que con optimismo y perseverancia se pueden superar todos los obstáculos”.
Este pequeño paraíso situado en el corazón de la Polinesia Neozelandesa, en el Océano Pacífico, es uno de los pocos lugares del planeta donde aún no se ha detectado ningún caso positivo de Covid-19. Entre las acciones implementadas para proteger la salud y garantizar la seguridad, una de las más llamativas es el establecimiento de un sistema de banderas instalado fuera de cada hogar. Este sistema ha servido para comunicar mensajes de salud importantes a otros habitantes y tiene su origen en los antepasados de los habitantes de las islas.
Otro de los factores determinantes en este éxito es cultural, y tiene mucho que ver con la filosofía de vida y la espiritualidad de los cookianos, acostumbrados a proteger su pequeño y frágil archipiélago y también la salud de sus habitantes, que relacionan estrechamente con la conservación de su entorno. De hecho, las islas son reconocidas internacionalmente por su férrea protección y legislación sobre el medio ambiente, en donde por ejemplo no está permitido construir edificaciones con mayor altura que las palmeras.
La laguna más bella de las Islas Cook