León es una encrucijada de rutas y una de los más importantes a lo largo de los siglos es el Camino de Santiago. Por su estratégica ubicación, la capital leonesa se convierte en un lugar de parada obligatoria para los peregrinos que realizan este recorrido a través del ‘Camino Francés’, que une la localidad de Saint Jean de Pied de Port con la ciudad compostelana.
Además, León es uno de los puntos de partida más escogidos por la amplia variedad de servicios, rincones gastronómicos, albergues y establecimientos donde pernoctar, empezando por la propia ciudad.
Amanece en León y el sol, astro rey del firmamento, despunta resplandeciente sobre un horizonte con el característico y profundo azul que define al cielo leonés. Mochila a la espalda, bordón en mano y con un recorrido de cerca de 300 kilómetros por delante, comienza una aventura única, con siglos de tradición y leyenda.
Una experiencia para la reflexión, el hermanamiento y la solidaridad que muchos designan como espiritual y que está llamada a generar recuerdos imborrables que permanecerán por siempre en nuestra mente. Una promesa, un reto personal o puede que incluso un homenaje. Aquí empieza el Camino de Santiago.
En el centro de la capital leonesa, la plaza de Santa María del Camino marca el punto de salida de esta legendaria andadura. Popularmente conocida como Plaza del Grano, es indudablemente una de las imágenes más hermosas que deja en la retina la capital leonesa hoy y su empedrado fiel al estilo medieval nos traslada al corazón del antiguo Reino de León.
El albergue de peregrinos de las Benedictinas, en el Monasterio de las Carbajalas, queda atrás a medida que avanzamos por las calles de la Rúa y Ruiz de Salazar hasta llegar a la modernista Casa Botines, una de las pocas obras que Gaudí realizó fuera de Cataluña. Su fachada, que embruja con su particular encanto al visitante, es un símbolo del poder de la imaginación y el arte en estado puro. Junto a ella, el palacio renacentista de los Guzmanes, una de las familias más poderosas e influyentes, tampoco pasa desapercibido.
La calle Ancha, la más importante de León desde la época romana, divide en dos el casco histórico leonés y a su vez delimita la frontera entre dos fascinantes barrios: el Húmero y el Romántico. Centro neurálgico del ambiente vespertino y la vida nocturna de la localidad y meca de las más deliciosas y abundantes tapas, de los mejores vinos de las denominaciones de origen de León y El Bierzo o las bebidas autóctonas como el butano o la limonada, son parada obligatoria para reponer fuerzas tras horas y kilómetros de caminata.
Esta amplia vía nos lleva a través de las fachadas de antiguos palacios donde hoy convergen multitud de estilos hasta la Catedral, que aparece en la Plaza de La Regla como un espejismo lleno de majestuosidad y solemnidad. La Pulchra Leonina es uno de los más bellos ejemplos del gótico francés de toda España y en su interior reina la luz a través de la infinidad de tonalidades, formas y colores de sus impresionantes vidrieras.
Desde este punto, la parte más alta de la ciudad, los callejones colindantes hacen aparecer hacia la derecha a la Real Colegiata de San Isidoro. Se trata de un monumento histórico que no solo alberga la que es conocida como la ‘Capilla Sixtina del románico’, sino que, además, es el lugar que fue testigo de las primeras Cortes que contaban con participación ciudadana y que convierten a León en Cuna del Parlamentarismo.
Por la calle Renueva, primero, y Suero de Quiñones después, el Hostal de San Marcos, hoy Parador de Turismo y Museo, aparece a la vista del caminante al que recibe con la misma hospitalidad que antaño. Lugar de enigmas como el acontecimiento que llevó a Francisco de Quevedo preso en una celda y construido como un convento para la Orden Militar de Santiago, durante siglos los frailes atendieron y acogieron a los peregrinos en sus estancias dando lugar, así, a una ciudad en miniatura.
Al otro lado del río Bernesga, las avenidas de Quevedo y del Párroco Pablo Díez indican la continuación del Camino hacia las afueras de León, donde la aventura del peregrino continuará durante algunas jornadas más hasta llegar a la plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela.
Su estratégica ubicación en la ruta del Camino de Santiago convierte a León en parada obligada para todo viajero que haga este recorrido por el conocido como ‘Camino Francés’. Además, la capital leonesa es uno de los puntos de salida más elegidos por los peregrinos debido a la gran cantidad de servicios y alojamientos que se pueden encontrar en este trayecto que los llevará por mágicos rincones de la provincia y de Galicia como Villadangos del Páramo, Astorga, O Cebreiro o Sarria.
León se encuentra a escasos 300 kilómetros de Santiago de Compostela y por la provincia transcurren más de 200 kilómetros de rutas jacobeas durante 9 etapas. Desde allí le restan al peregrino 14 etapas a pie durante las que se encontrará, con diferencia, con el tramo más concurrido de este ‘Camino Francés’, uno de los pasos más representativos del Camino de Santiago que une la localidad francesa de Saint Jean de Pied de Port con la ciudad compostelana.