El centro histórico de Montevideo cuenta con una enorme cantidad de atractivos turísticos, que la señalan como una de las zonas más bellas de una ciudad que armoniza su estilo colonial con la modernidad como pocas en América Latina.
El casco histórico de la capital charrúa, conocido como la Ciudad Vieja, tuvo origen en la colonia española, cuando se convirtió en una fortificación militar. La ciudadela amurallada cuenta todavía con importantes vestigios de su pasado, y dar un paseo por la zona permite conocer edificios de un altísimo valor arquitectónico y patrimonial.
Montevideo es una de las ciudades más visitadas cada año de Uruguay. Ya sea por aire, mar o tierra, la capital del país charrúa está perfectamente comunicada para recibir a sus turistas. Una vez allí, los atractivos a visitar se agolpan, pero uno de los principales lugares a recorrer es la Ciudad Vieja.
Esta zona es historia viva de Montevideo. El casco histórico de la capital tiene su origen en la fortificación militar que erigió la colonia española. La ciudad-fuerte estaba delimitada por murallas que se levantaron en torno a 1741. Esta estructura, que se empezó a demoler en 1829, albergaba una puerta de entrada que se encuentra todavía en su lugar entre la Plaza Independencia y la Peatonal Sarandí, señalando el recorrido histórico por la zona. Imprescindible es pasear por la calle Bartolomé Mitre, en donde aún son visibles parte de los restos de estas fortificaciones.
En esta zona, la arquitectura se caracteriza por sus reminiscencias hispanas, así como las manifestaciones del Neoclasicismo, con el Palacio Legislativo como máximo exponente, que se conjuga perfectamente con manifestaciones de otras corrientes, como el neogótico de la Junta Departamental de Montevideo o el modernismo del Palacio Lapido.
Además, gracias a la época de oro vivida en la ciudad al principio del siglo XX, el art decó se extendió por las edificaciones, siendo, junto a Nueva York, la ciudad con más presencia de este característico estilo. Dentro del movimiento destacan el Palacio Rinaldi, el Palacio Díaz, el edificio de la Aduana y el Palacio Tapie. Además, a finales de siglo se levantó la Torre de las Telecomunicaciones, construcción postmoderna erigida por el arquitecto uruguayo Carlos Ott.
De entre los lugares que a los visitantes deben acudir destacan el Mercado del Puerto, inaugurado en 1868 y que fue el mayor supermercado de Sudamérica. Además, su estructura fue construida íntegramente en Liverpool y posteriormente trasladada a su actual ubicación. La Plaza Matriz es todo un símbolo de la ciudad, y en donde se encuentran el Cabildo y la Basílica Metropolitana. Además, en el centro se encuentra una fuente que se colocó en 1871 y que empezó a funcionar el mismo día que el agua corriente llegó a la ciudad. Tampoco se puede olvidar el Puerto de Montevideo y la Escollera Sarrandí, en donde se puede apreciar cada buque que se adentra en la bahía, con el Cerro de fondo.
Para finalizar el paseo, la Plaza Independencia es un símbolo que recuerda el momento en el que Montevideo derribó sus muros y se convirtió en la ciudad abierta que hoy conocemos. Sin duda, la Ciudad Vieja se convierte en un lugar ideal desde el que empezar a descubrir Montevideo y Uruguay.
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