La idea más reciente la tuvo una profesora bruselense, probablemente entristecida ante tanto cazador de Pokémon empedernido patrullando la ciudad. En un acto de honorable valentía Aveline Gregoire propuso a sus alumnos cambiar de presa: dejar a los Pokémon y darse a la caza indiscriminada de libros. A través de un grupo de Facebook, creó una fantástico mapa del tesoro repleto de novelas, cómics y libritos de aventuras que funciona de una manera muy parecida a la del popular videojuego: los estudiantes dejan libros por la ciudad, les sacan fotos y las comparten en Facebook para que otros cazadores salgan en su busca. Chasseurs de Livres se llama la página de Facebook. Todo un éxito que se extendió rápidamente por Bélgica consiguiendo desbancar de su trono al mismísimo Pikachu.
Lo más curioso es que parece que los belgas no son los únicos aficionados a este tipo de caza. Algo similar se lleva a a cabo en la biblioteca pública de Guldborgsund, en Dinamarca desde hace algunos años. Al juego lo llaman Hidden Treasures, y el objetivo no es otro que el de buscar tesoros escondidos por Guldborgsund. Los avispados jugadores conocen así la historia y la literatura de su ciudad a golpe de Smartphone. El juego se ha desarrollado tanto que ya cuenta con tres historias: una que te permite viajar a los años veinte para explorar y conocer al autor Peter Freuchen; otra que te ofrece una visión de la ciudad en los años setenta, y una tercera que ofrece al cazador contemporáneo un tour por la gastronomía local. La cosa es seria y la competición, feroz. En la biblioteca hay ya un enorme ranking con las puntuaciones y logros de los participantes.
Y mientras en Europa combaten con libros la falta de cordura, y con tesoros la falta de cultura, en Colombia han iniciado su particular juego en pro del reciclaje. Resulta que en algunos lugares públicos de Colombia se están instalando, gracias al proyecto Reciclar invita, los Ecobots, unas peculiares maquinas que pretenden combatir la contaminación también a golpe de cultura. En este caso los ‘participantes’ no cazan libros, ni Pokémons, sino botellas. El juego consiste en que los ciudadanos lleven a la maquina botellas usadas, y los Ecobots les dan a cambio descuentos para actividades culturales y de ocio. A más botellas, claro, más descuentos. Un proyecto piloto que parece estar siendo todo un éxito de concienciación ciudadana.
La idea, según parece, ya la aplican con éxito desde hace años en Alemania, donde los ciudadanos son ya expertos cazadores de envases reciclables, que intercambian en supermercados y otros centros a cambio de descuentos en productos culturales. Un combate contra toda botella en el suelo que parecen estar a punto de ganar.
Y no son los únicos. Si los alemanes y colombianos eliminan las botellas de las calles, los holandeses hacen lo propio en los océanos. Aunque el premio esta vez no son descuentos culturales, sino carreteras sostenibles. Y es que parece que Rotterdam está llamada a ser la primera ciudad del mundo en la que los coches no circularán por encima del asfalto, sino de bloques tipo Lego fabricados con residuos de plástico rescatados del mar. Aquí el juego es simple: a más residuos rescatados, más bloques. Es bien sabido que los holandeses son más de jugar a las construcciones que al Trivial… El proyecto se llama PlasticRoad y ha recibido un apoyo unánime de los habitantes de la ciudad, por lo que parece que verá la luz el año que viene. Una agradable noticia si tenemos en cuenta que se calcula que en 2050 en el mar habrá más plástico que peces. Quizá sea por eso, que en el otra punta del mundo, en Buenos Aires, se hayan unido también a la caza de las bolsas de plástico que te dan en supermercados. A partir de 2017 estarán prohibidas, y ningún establecimiento las dará. Pero la cosa parece que no se quedará ahí, se incentivará con premios a aquellos creen iniciativas ciudadanas alternativas a ese método.
En Seúl parece que la partida la libran contra la obesidad. Música, risas y baile contra esos kilos de más. Gracias a una particular iniciativa de gobiernos locales junto con una conocida multinacional, los ciudadanos reciben botellas gratuitas si realizan un buen baile delante de unas maquinas expendedoras especiales que se han instalado en las calles. Si nunca visitáis Seúl, siempre podréis ir a la caza del mejor bailarín o bailarina, ya que parece que el juego es un autentico vicio. Y no son los únicos aficionados: en Australia se han llevado a cabo proyectos similares también de lo más exitosos, y hay que decirlo, cada vez más ingeniosos.
Aunque para ingenio el de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses, la SNCF, que se ha decidido a incentivar la curiosidad de los ciudadanos con un curioso juego: esta vez se trata de buscar puertas por las principales ciudades del país que te llevan directamente a conocer otras ciudades europeas a las que se puede llegar desde Francia con tren. Solo hay que encontrar las puertas, abrirlas y conseguir pasar de pantalla… El premio, como os podéis imaginar, no puede ser mejor…
¿Quién se anima a jugar una partida?
Lea Buendía
2 comentarios
Molt interessant, curiós i divertit, a veure si ens ajuda a trobar alternatives q de manera divertida serveixi per treballar més temes culturals
Frankly I think that’s abetluosly good stuff.