Desde la creación de su primer parque nacional en Isère, el Parque de la Bérarde en 1913, Francia se ha embarcado en una doble misión para salvaguardar y recuperar sus hábitats naturales y su biodiversidad, y para impulsar las economías locales a través del turismo sostenible.
En la actualidad, el país cuenta con 11 parques nacionales que abarcan 60.000 kilómetros cuadrados, 54 parques naturales regionales y 9 parques naturales marinos, además de 47 Grands Sites que reciben unos 32 millones de visitantes al año.
Hoy queremos hablaros del país vecino y dejaros algunas de las experiencias más emblemáticas para disfrutar de los clásicos entornos naturales del país galo.
Navegar por el Canal du Midi
Creado en el siglo XVII el Canal du Midi – o Canal Real del Languedoc, como se le conocía originalmente – sigue siendo considerado hoy en día como una extraordinaria obra de ingeniería y diseño. Reconocido por la UNESCO desde 1996, se extiende a lo largo de 240 km desde la ciudad de Toulouse hasta el Étang de Thau, en el Mediterráneo, con un recorrido que incluye joyas arquitectónicas y atracciones de renombre mundial.
La oficina de turismo del Canal du Midi, ofrece información para poder navegar manejando uno mismo la embarcación en un recorrido que atraviesa el túnel de Malpas, el puente-canal de Béziers sobre el río Orb y pasa por la ciudad fortificada de Carcassonne entre otros lugares de interés. La naturaleza está presente durante toda la travesía, así el viajero puede disfrutar de los impresionantes paisajes de los campos de cereales de la región del Lauragais hasta las soleadas estribaciones de las Corbières y el Minervois, pasando por las hileras de plátanos, pinos piñoneros y cipreses que vigilan el curso de agua.
Descubrir los nenúfares que inspiraron a Monet
La Fundación Claude Monet, en Giverny, adentra al visitante el cautivador mundo de Claude Monet y descubre todo lo relacionado con el artista que soñaba con la pintura y la jardinería. Enclavado en el Eure, en el corazón de Normandía, este paisaje floral de ensueño inspiró algunos de los cuadros más notables y evocadores del artista.
Alfombrado de tulipanes en primavera y repleto de fragantes rosas en verano, los vibrantes senderos plantados de Giverny, el cenador cubierto de flores y la siempre cambiante paleta de colores, ha llamado la atención de generaciones de amantes de la naturaleza y aficionados al arte.
Guiados por los embriagadores aromas de este floreciente país de las maravillas, el viajero puede recorrer el emblemático estanque repleto de lirios y nenúfares, cruzar el puente japonés y deleitarse con la belleza intemporal de los jardines mundialmente conocidos y que tan vivamente cautivaron la imaginación del padre del impresionismo.
Rutas en bicicleta
Una de las rutas ciclistas más populares de Francia es la Loire à Vélo abraza el emblemático río a lo largo de 900 km entre Cuffy y Saint-Brévin-les-Pins. Esta ruta es la puerta de entrada a castillos históricos y jardines reconocidos por la UNESCO, a pueblos repletos de viñedos y a una gastronomía de primera clase.
Los 300 km que unen Sully-sur-Loire, en el Loira, con Chalonnes-sur-Loire, en Anjou, son sin duda uno de los tramos más bellos de la región y ofrece un desfile interminable de joyas naturales y artificiales desde cuevas y mansiones de piedra caliza hasta praderas e islas enclavadas en los brazos del río.
Y de la ruta más popular a la más reciente, la Vélomaritime. Inaugurada en junio de este año, la extensa ruta se extiende a lo largo de más de 1500 km. de costa bañada por las olas, desde Bretaña hasta Bélgica, abriendo una amplia red de senderos salvajes y paisajes hasta ahora inaccesibles para los entusiastas del ciclismo.
Con sus espectaculares cabos, grupos de dunas, acantilados y un gran número de monumentos y otros tesoros arquitectónicos , la Vélomaritime es el lugar ideal para los amantes del aire libre, los aficionados a la historia y los gastrónomos.
Repartidos a lo largo de esta ruta, entre Roscoff y Dunkerque hay nada menos que cinco Grands Sites de Francia, entre los que destacan la Bahía de Somme, los cabos Cap Gris-Nez y Cap Blanc-Nez y los increíbles acantilados de Étretat; tres de los Plus Beaux Villages de Francia; cuatro monumentos nacionales y tres lugares incluidos en la lista de la UNESCO, uno de ellos el emblemático Mont-Saint-Michel. Una ruta impresionante en más de un sentido, que incluye además, a lo largo del recorrido, 50 faros.
El eterno enigma de Carnac
Erigido en torno al 6000 a.C. a lo largo de la escarpada costa de Bretaña, este conjunto megalítico de más de 3.000 menhires sigue desconcertando a los arqueólogos de todo el mundo. ¿Monumentos religiosos? ¿Un templo de culto a la luna o al sol? ¿Un calendario agrícola? o tal vez, según una sorprendente leyenda, ¿un ejército romano petrificado? Las teorías sobre el origen y significado de Carnac, abundan. Aunque nadie ha descubierto la verdad, se cree que sirvieron como un espacio funerario sagrado.
Visitar el refugio secreto de María Antonieta
Abandonado durante casi dos siglos antes de ser restaurado en 2018, el Hameau de la Reine sigue siendo uno de los secretos mejor guardados del Palacio de Versalles. Construido entre 1783 y 1786, esta aldea enclavada en el dominio del Petit Trianon fue, durante unos años, el refugio de María Antonieta de las miradas indiscretas de la Corte y de todas sus intrigas.
En este idílico lugar, María Antonieta cumplió su deseo de llevar una vida más sencilla, representando una versión idealizada de la vida en el campo. Durante la visita podemos seguir los pasos de la joven reina, recorrer el lago artificial salpicado de pequeñas casas de madera, pasear por el molino de viento ornamental, el faro, el lavadero y la lechería antes de llegar a la Casa de la Reina, impecablemente renovada y amueblada.
Otra forma de recordar la batalla de Verdún
La ciudadela subterránea de Verdún, recientemente renovada, ofrece una imagen aún más conmovedora del estancamiento más largo y sangriento de la Primera Guerra Mundial. Una nueva exposición de realidad aumentada, con pantallas interactivas, evocadores paisajes sonoros y extensos paseos en vagonetas, ofrece al visitante una vívida visión del decisivo papel logístico del complejo secreto durante la batalla de Verdún.
Ciudad subterránea de gran escala, albergaba no solo una red de salas de guerra y oficinas, también inmensos dormitorios para las tropas, depósitos de pólvora y municiones para abastecer el frente, una capilla, una enfermería y una panadería que suministraba entre 30.000 y 40.000 raciones al día. Unos 1.500 hombres trabajaban y vivían en la ciudadela, mientras que hasta 4.000 pasaban por sus galerías. Es en el interior de sus túneles donde tuvo lugar la selección del Soldado Desconocido en noviembre de 1920.
Bucear entre esculturas en Marsella
El primer museo subacuático de Francia ya causa furor en Marsella. Desde este verano, los bañistas, buceadores y submarinistas pueden zambullirse en la galería sumergida del Museo Subacuático y contemplar las 10 esculturas ancladas en el fondo marino a 100 metros de la Playa de los Catalanes.
Más que un parque de esculturas subacuáticas, este museo sumergido tiene como objetivo sensibilizar sobre los problemas medioambientales y proteger los ecosistemas marinos. Para provocar la menor alteración posible al fondo marino, cada obra de arte de dos metros, entre ellas ocho ya instaladas a cinco metros de profundidad, está fabricada con cemento de pH neutro y hace las veces de “ arrecife artificial” proporcionando refugio y hábitat a la vida marina.
Gastronomía y alojamientos sostenibles
El interés por la sostenibilidad que inunda Francia llega también a los productos, la gastronomía y los alojamientos. Cada vez son más los restauradores que adoptan un enfoque gastronómico más sostenible, reduciendo el kilometraje de transporte y el desperdicio de alimentos y sirviendo platos de origen local, los llamados kilómetro 0, de temporada y auténticos.
En un intento por reconocer esos esfuerzos, la Guía Michelin lanzó en 2020 una nueva etiqueta de Gastronomía Sostenible, que distingue a los restaurantes con prácticas medioambientales destacadas. En los productos, desde la etiqueta roja y el sello de Agricultura Ecológica hasta las denominaciones de origen AOP y AOC, son innumerables las nomenclaturas que aseguran la protección y garantizan el origen y la trazabilidad de sus quesos, vinos de renombre y otros productos gastronómicos.
Y cada vez son más los alojamientos de todo el país que están recibido la etiqueta ecológica de la UE por su excelencia medioambiental. Muchos son miembros de la Clef Verte (Llave Verde), la primera red internacional de instalaciones turísticas respetuosas con el medio ambiente.
Más información: www.france.fr
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