El vino de Hungría tiene más de mil años de historia, y a pesar de tratarse de excelentes caldos, aún no han logrado la fama de otros vinos europeos de mayor calado. Una parte importante de la cultura europea se la debemos al vino, que ha sido trabajado de generación en generación por viticultores de todo el continente. El centro de Europa no ha sido excepción.
El país centroeuropeo es de hecho la cuna de numerosos exquisitos vinos reconocidos internacionalmente. En particular, Hungría es conocida por especialidades como el Tokaji Aszú, un vino dulce al que Luis XV de Francia se refirió como «rey de los vinos». Sin embargo, pocos saben que el país cuenta con 22 regiones vitivinícolas con infinidad de pequeñas bodegas.
Muchas de estas bodegas están gestionadas por nuevas generaciones de productores de vino, que combinan la viticultura tradicional y las nuevas tecnologías en el proceso de producción y que han llevado al sector a ser uno de los más deseados de Europa.
Existen variedades especiales como el furmint o el juhfark. También caldos procedentes de viñedos ubicados en áreas volcánicas únicas como la de Tokaj o Somló. Y por supuesto también vinos excelentes de un largo pasado histórico como el aszú o el bikavér (sangre de toro).
Es precisamente este último (conocido coloquialmente como Sangre de Toro) el que ha convertido a la ciudad de Eger y sus alrededores en destino enoturístico de referencia, y en particular al denominado como Valle de las Mujeres Hermosas. Un nombre que hace justicia a esta región en la que se pueden encontrar encontrar 24 bodegas enclavadas entre preciosos viñedos y caminos rurales.
La evolución vitivinícola es solo una pequeña parte de la gran revolución gastronómica que ha vivido Hungría en los últimos años. En cada rincón de la capital se respira ya innovación gastronómica y en las zonas rurales la cocina creativa con raíces también está floreciendo.
Desde estrellas Michelin (Budapest ya cuenta con 6 estrellas repartidas en 5 restaurantes) a originales festivales gastronómicos, el país ofrece un amplio espectro a los amantes de la comida y se posiciona como un destino culinario emergente en el centro de Europa que bien merece una visita.
Para disfrutar de un viaje “entre copas” recorriendo uno de los más bellos países del centro de Europa hay que tener en cuenta el vino de Hungría, y recordar que además de ser un país con un importante cruce de culturas y una historia apasionante, pueuide ofrecer al viajero más sibarita una serie de infinitas sorpresas tanto por su cocina como por sus vinos singulares.
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