El arte del reconocido artista Domenikos Theotokopoulos, más conocido como El Greco (1541-1614) se instala en Budapest con una exposición que pretende ofrecer una visión amplia de la obra de uno de los principales maestros del arte europeo, a través de la representación de la complejidad de su mundo visual y su amplia evolución estilística.
Las casi setenta obras expuestas incluyen más de cincuenta pinturas autógrafas del maestro cretense-español. La última exposición completa de la obra de El Greco a esta escala, en esta parte de Europa, fue en Viena hace más de 20 años.
El Museo de Bellas Artes de Budapest alberga una colección muy importante de pintura española, con el mayor número de cuadros autógrafos de El Greco en Europa, solamente superado por España.
Además de las piezas de la propia colección del museo, las obras expuestas han sido cedidas por más de cuarenta colecciones privadas y públicas, entre las que se encuentran el Museo Nacional del Prado y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid, el Museo del Greco de Toledo, el Museo del Louvre de París, la National Gallery of Art de Washington y The National Gallery de Londres.
La exposición a gran escala mostrará numerosas obras destacadas, como San Sebastián de la Sacristía de la Catedral de Palencia, El Bautismo de Cristo del Prado de Madrid, Laocoön de la National Gallery of Art de Washington, San Luis, rey de Francia, con un paje del Louvre de París, Cristo expulsando a los mercaderes del templo, de la National Gallery de Londres, y Santiago el Viejo como peregrino, de la Iglesia de San Nicolás de Bari, en la jurisdicción de la Archidiócesis de Toledo, así como el retablo titulado La Resurrección, cedido por el Monasterio de Santo Domingo el Antiguo de Toledo, que sale por primera vez de la ciudad.
Viajando a través del arte
La exposición hace una guía al visitante a través de los lugares geográficos y centros de arte a los que viajó El Greco, poniendo especial atención a las ciudades italianas de Venecia y Roma, que influyeron decisivamente en su desarrollo como pintor, hasta llegar a Toledo, donde el maestro pasó más de la mitad de su vida y donde su arte alcanzó su máxima expresión.
La muestra, abierta hasta mediados de febrero, presenta las obras en siete secciones ordenadas temática y cronológicamente. Las narraciones históricas, las explicaciones, los pies de foto y las herramientas audiovisuales ayudan al visitante a formarse una idea profunda de la obra única del maestro cretense-español.
Las más de cincuenta obras maestras autógrafas de la exposición -entre las que se encuentran varias composiciones emblemáticas que gozaron de gran popularidad ya en vida de El Greco- muestran la obra del maestro y su incomparable evolución estilística, empezando por sus primeros cuadros de pequeñas dimensiones pintados en Italia, todavía fuertemente inspirados en las tradiciones bizantinas de la pintura de iconos, pasando por sus retablos de gran formato ejecutados en España, sus representaciones religiosas destinadas a la devoción privada y sus retratos profanos, hasta llegar a las piezas visionarias de su último periodo.
Además de una presentación exhaustiva de la obra de El Greco, la exposición a gran escala evoca los entornos en los que el maestro vivió, estudió y trabajó, en un intento de contextualizar la forma en que aprovechó e incorporó a sus propias obras las diversas influencias, así como las enseñanzas de varios maestros activos en la época en Venecia y Roma.
La capital húngara alberga una gran oferta de cultura y arte entre sus encantos. A lo largo del tiempo ha ido creciendo como destino cultural gracias a la creación de lugares de ensueño para el amante del arte, como el Proyecto Liget, además de la gran variedad de museos, galerías de arte y edificios emblemáticos que le han dado el toque más cultural y especial a la ciudad.