Se confirma hasta el momento una marea negra de 1.000 toneladas de combustible procedentes del carguero “MV Wakashio”, de la operadora japonesa Mitsui OSK, que había encallado en la costa sureste de la isla Mauricio a finales del mes de julio, y que pone en riesgo el ecosistema de uno de los lugares más idílicos y bellos del planeta.
Según afirma Mokshanand Sunil Dowarkasing, asesor ambiental de la zona y antiguo responsable de estrategias de la organización de protección medioambiental Greenpeace África, si se acaban derramando las 4.000 toneladas de crudo que acumula el carguero, el desastre ecológico puede ser de tal magnitud que la zona podría no podría recuperarse antes de los próximos 100 años.
La marea negra ha consumido ya entre 15 y 20 kilómetros de costa, y las autoridades de Isla Mauricio han decretado el Estado de Emergencia Medioambiental considerando que numerosas especies marinas están en peligro. Si el desastre ecológico sigue avanzando es muy posible que se acabe declarando el Estado de Catástrofe en la zona.
En las playas de la zona son muchos los voluntarios y vecinos que trabajan contra reloj para limpiar los efectos del crudo y construir barreras, en un intento por tratar de contener al máximo la expansión de la marea negra.
Se trata de una zona de una gran diversidad marina y terrestre que cuenta con importantes reservas naturales a pocos kilómetros, como el parque marino Blue-Ray, lugar que de verse afectado por el vertido significaría un desastre de graves proporciones para la isla.
El desastre ecológico que supone este desastre medioambiental tendría graves repercusiones económicas en una zona en la que cientos de familias viven del turismo y de la pesca.
La isla, conocida y admirada por viajeros procedentes de todo el planeta, atraídos por su belleza natural y sus playas de arena blanca se enfrenta a una de las crisis medioambientales más graves de toda su historia, según afirma Greenpeace.