Hace unas semanas estaba volando hacia una isla; en esta ocasión he decidido coger el coche y, con motivo de mi aniversario, cumplir un sueño que tenía desde hacía mucho tiempo: ir a uno de esos rincones llenos de magia de la geografía catalana… Parque de AigüesTortes y Estany de Sant Maurici.
Después de una jornada laboral intensa, junto a dos de mis compañeras de trabajo, llegamos al Valle de Bohí un viernes de madrugada, alojándonos en el Hostal Pey. En ese momento lo único que pensábamos era en dormir… ya planearíamos al día siguiente cual sería nuestra ruta.
Trás descansar como tres bellas durmientes y reponer fuerzas con un gran desayuno compuesto por productos de la tierra, nos dirigimos a nuestro destino: AigüesTortes (Estany de Llebreta, Cascada de Sant Esperit y St. Nicolau). Teniendo en cuenta que cuando llegamos la noche anterior no pudimos ver absolutamente nada, nos quedamos impresionadas del espectacular paisaje que teníamos delante de nosotras.
Fue como volver al pasado, me vi cuando era pequeña junto con mi familia esquiando, casas de piedras, ventanas de madera, perros de nieve, tiendas de alquiler de esquí, el olor al humo de las chimeneas, etc. Ya empezábamos a estar entusiasmadas, esto tenía buena pinta.
Cuando llegamos al aparcamiento del parque nos dirigimos al punto de información para que nos explicaran la ruta, finalmente decidimos hacer un camino alternativo y la verdad que nos dio mucho de sí, el escenario no podía ser más bucólico, ahí estábamos el ‘equipo Calleja’ disfrutando como niñas pequeñas de lo que la naturaleza nos ofrecía.
Colores intensos y a la vez indescriptibles, el paisaje que observábamos podría ser perfectamente sacado de cualquier cuadro impresionista, la luz era perfecta, la imagen del “estany” y de los arboles eran inexplicables, el sonido de las cascadas imponente, la sensación de estar fuera de la gran ciudad aprovechándonos de ese silencio infinito, teniendo el privilegio de estar respirando aire puro en uno de los catorce parques nacionales del Estado español y el único existente en Cataluña (sin olvidarnos que es un espacio natural protegido). No tenía precio, sin duda era un sueño hecho realidad.
Después de cinco horas de deleite de este maravilloso paisaje, decidimos volver al pueblo para poder descansar y salir a cenar a uno de los sitios más recomendables que podemos ofrecer de este viaje: Restaurante Casos. Ofrece comida casera y típica catalana, pero os aseguro que las pizzas no tienen desperdicio alguno. Así que decidimos “vivir al límite” y pedirnos un plato de bolets, dos platos de pasta y una pizza, sin olvidarnos de añadirle el postre el cual no nos decepcionó.
Tras ello, nos dirigimos al Hostal a descansar, una noche mas no nos inmutó la lluvia que caía como si fuera el final de los días ya que nosotras estábamos en otra “dimensión”.
Al día siguiente decidimos hacer un poco de ruta cultural por los pueblos de alrededor, tampoco disponíamos de mucho tiempo pero el justo para poder realizar dos paradas imprescindibles, la primera fue en el pueblo de Taüll donde pudimos deleitarnos con dos de sus Iglesias más importantes: Iglesia de Sant Climent y Santa Maria de Taüll.
Esta primera nos impresionó bastante, es de la época románica, estaba considerada como la capilla del cementerio moderno. En el año 1931 fue declarada Monumento Histórico-Artístico y en el año 2000, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, a día de hoy sus columnas se conservan en el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC), sin duda no podéis dejar de visitarla ya que no solo merece la pena el edificio en sí, sino la Proyección de vídeo mapping que ofrece la misma.
La segunda también de la época románica, ejercía como parroquia y a día de hoy se sigue dando algún oficio en ella. Tras esta parada nos fuimos a visitar el pueblo de Durro, lamentablemente no pudimos ver la Iglesia de la Natividad también del románico, ya que estaba cerrada, por lo que aprovechamos para refugiarnos de la lluvia y reponer fuerzas con un buen plato de garbanzos con bolets.
Retomamos camino direccion Barcelona, ya se había acabado nuestro fin de semana campestre, fin de semana que nos ha servido, sin duda alguna, no solo para poder salir de la rutina del día a día, sino para compartir unas risas en buena compañía y como no de darnos cuenta una vez más que no hace falta irse muy lejos para poder disfrutar de las maravillas que nos ofrece nuestro país.
3 comentarios
Es un articulo muy completo y bien redactado. Uno de esos artículos, que conforme lo vas leyendo, te vas viendo un situ dibujando lo que la autora va escribiendo. Esta chica se puede dedicar a escribir un libro, y seguro que nos deleitara.
Aigües Tortes a la tardor és un espectacle!! Molt recomanable! Que xulo ca ser!
Tinc records de quan era ben petita … i m’he teletransportat en el temps durant 5 minuts, Gràcies per compartir!! Felicitats