Ahora que parece que el buen tiempo ha venido para quedarse es momento de salir a la calle, disfrutar del sol y hacer que cada día cuente. Desde Magellan Magazine queremos aprovechar la tregua en la que nos encontramos después de varias jornadas de precipitaciones y para ello proponemos 5 escapadas inéditas a 1 hora en coche/transporte público de la Ciudad Condal.
1. Viajar en globo y disfrutar de unas vistas de escándalo
Sobrevolar tierras catalanas mientras amanece montados en un globo aerostático es una experiencia que deberíamos vivir una vez en la vida. Resulta difícil describir la sensación de volar en globo ya que no tiene nada que ver con otras actividades de aire como paracaidismo o vuelo en parapente pero tampoco nada que envidiar.
Es considerado turismo de aventura y uno de los datos que más llama la atención es que difícilmente se puede saber con exactitud dónde va a finalizar el recorrido. Otro de los encantos es que suelen realizarse a primera hora de la mañana ya que el calor puede afectar a la elevación. La paz que se respira antes del amanecer hace que se cree una atmósfera mágica y que la experiencia sea aún más especial.
Hay bastantes compañías que ofrecen vuelos en globo con salidas cerca de Barcelona ciudad y también para todos los públicos. Entre los paisajes a sobrevolar destaca el Montseny, l’Empordà o Vic.
2. Conocer el bosque de las cruces en Montserrat
La montaña de Montserrat, con sus curiosas formaciones y siluetas atípicas, ofrece muchas posibilidades a todo aquel que la visita. Desde conocer la Basílica de Montserrat hasta montar en funicular o completar una de las muchas rutas que llegan hasta la montaña.
Lo que muchos no saben es que, al pie de la montaña, se encuentra el desconocido bosque de las cruces. El bosque de las cruces es un proyecto que fue creado después de que un incendio calcinara parte del bosque que se encuentra entre las poblaciones de Sant Salvador de Guardiola y El Bruc. Es una herramienta de denuncia, concienciación forestal y sensibilización del cambio climático.
En un primer momento el bosque contaba con 1293 cruces pero, a causa del paso del tiempo y la acción del aire y el clima, son cada vez menos las cruces que se llegan a divisar en la zona. Aunque ya no estén en pie todas las cruces que se levantaron en 2016, se recomienda echar un vistazo ya que la imagen que crean es muy impactante, incluso con cruces que llegan hasta los diez metros de altura.
3. Visitar los jardines más bonitos de la Costa Brava
Hablamos de jardines que dejan con la boca abierta y que parecen sacados del catálogo de una revista de moda. De esos en los que cada rincón es digno de una fotografía y donde soñar despierto es una posibilidad.
Hacer ruta por los jardines más hermosos de la Costa Brava y conocer todos sus rincones es ahora posible. Incluso, si se organiza con antelación, podrían llegar a visitarse en el mismo día. Nos referimos a los Jardines de Cap Roig, Santa Clotilde y el Jardín Botánico de Marimurtra.
Ubicados en las localidades de Calella de Palafrugell, Lloret de Mar y Blanes son, sin duda, uno de los paisajes más románticos de la Costa Brava e incluso nos atreveríamos a decir que también del Mediterráneo.
4. Senderismo y alrededores del pantano de Sau
El pantano de Sau es uno de esos rincones que no pasa desapercibido. Ya sea por el misterioso poblado sumergido de Sant Romà de Sau y el campanario de la iglesia que sobresale o por la gran cantidad de miradores y rutas que lo acompañan a su alrededor.
Entre los imprescindibles encontramos practicar kayak, hacer ruta hasta el Puig de la Força y Mirador De Vilanova de Sau o visitar los alrededores como el famoso Mirador del Morro de l’Abella o el pintoresco pueblo de Tavertet.
5. Un paseo por la antigua Tarraco
Tarraco es conocida como la pequeña Roma. Es un museo al aire libre y durante el Imperio Romano fue una de las principales ciudades de la Península Ibérica.
Un muy buen plan es ir a conocer la antigua Tarraco, la actual Tarragona y dejarse seducir por sus encantos. Ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco ya que gracias a todos los edificios y los restos que se conservan a día de hoy, es posible hacerse una idea de cómo era esta ciudad y cómo fue vivir en ella.
Entre los enclaves a conocer destaca el Anfiteatro Romano, con capacidad de hasta 14.000 espectadores, Foro colonial de Tarraco, las Murallas romanas y el Acueducto de les Ferreres, que conducía el agua hasta la ciudad Romana.