Menorca no solo es Reserva de la Biosfera desde hace un cuarto de siglo sino que también aprovecha su privilegiada naturaleza para convertirla en arte.
Así el lugar donde se extraía una piedra arenisca –el marés, utilizada para la construcción de edificios o los muros tan típicos que separan las fincas menorquinas– se convirtió hace casi tres décadas en uno de los espacios más sorprendentes de la isla balear.
Ubicadas a unos 5 kilómetros de Ciutadella, las Canteras de s’Hostal, activas durante dos siglos, cesaron su actividad a mediados de los años noventa para transformarse en Líthica, un espacio lúdico-cultural compuesto también, entre otros, por un Laberinto de Piedra y un Circuito Botánico de la Biodiversidad.
Líthica es también un lugar para dejar volar la imaginación de la mano de artistas comprometidos con la experimentación y la creatividad. Una apuesta por el ocio y la cultura que el pasado año le valió uno de los Premios Europeos del Patrimonio, por su conservación.
Prueba de ello es que, desde hace 9 años, Líthica acoge el Festival Pedra Viva, que se desarrolla durante los meses veraniegos. La edición de este año arrancó a principios de julio y hasta su final, el 2 de septiembre, se podrá disfrutar de espectáculos, todos los miércoles, a partir de las 20.00 h.
Flamenco, ópera, gospel, danza vertical, barroco electrónico, teatro, poesía… Toda la magia de las artes escénicas vuelve a darse cita, en Menorca, Reserva de la Biosfera, en un lugar único e irrepetible.
Más información: www.menorca.es
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