Los pueblos mágicos de Michoacán son una ruta imprescindible para el viajero que desee conocer este estado mexicano
Michoacán puede resumirse fácilmente en una palabra: Magia. No solo por su gran belleza sino porque es el estado con más Pueblos Mágicos de todo México. En su haber tiene grandes costumbres, una cultura inigualable, una deliciosa gastronomía y paisajes que a cualquiera enamoran. Es por eso que una de las mejores formas de conocer este estado del corazón de mexicano es una ruta por los sus ‘8 pueblos mágicos’.
Pátzcuaro
La historia de este bello poblado se remonta al siglo XIV. En él se encuentra la segunda plaza colonial más grande de México. En su origen Páztcuaro fue el lugar de recreo para la nobleza y también de adoración a los dioses durante la dinastía Purépecha – imperio precolombino que durante la conquista española fue el segundo estado más grande de Mesoamerica-.
A día de hoy, los visitantes pueden disfrutar de un paseo por la plaza rodeado de altos árboles e ir descubriendo los edificios blancos que contrastan con el rojos de los tejados. El mercado artesano es otro de los puntos donde perderse para descubrir cientos de productos manufacturados por los vecinos de la zona.
La gastronomía es otra de las paradas obligatorias. Los ‘charales fritos’, unas ‘corundas’, el ‘pescado blando del Lago de Pátzcuaro’ o el dulce ‘nieve de pasta´. Y por si fuera poco, el ‘Día de los Muertos’ y la ‘Pirueka’ son dos fiestas declaras Patrimonio Nacional de la Humanidad por la UNESCO.
Tzintzuntzan
Esta localidad nos da la oportunidad de vivir la cultura indígena de Michoacán. En su tiempo fue capital de los tarascos y posee cinco basamentos piramidales conocidos como ‘Las Yácatas’. Posee un convento franciscano que data del siglo XVI, y en el que se dice que los olivos que crecen en su atrio fueron plantados por Vasco de Quiroga.
Su gastronomía es distinguida por el ‘caldo ahogado’, el ‘atole de grano’, el ‘churipo de pescado’ imprescindible al pasar por Tzintzuntzan.
Santa Clara de Cobre
Este mágico pueblo goza de un bello entorno natural que realza su sencilla arquitectura. El cobre forma parte del lugar y es que sus habitantes viven de él a golpe de martillo. Todo aquel que lo visita puede obtener una pieza única a manos de los mejores maestros artesanos. Un viaje que se puede complementar con la visita al Museo Nacional del Cobre.
Como no podía ser de otra manera destaca la Fiesta Nacional del Cobre, una cita donde los orfebres realizan una peregrinación hasta la Iglesia de Santa Clara de Asís. Una festividad que se acompaña con desfiles, ferias, fuegos artificiales y los platos típicos de la región.
Angangueo
Enclavado en las montañas de Michoacán y rodeado por un bosque de coníferas, Agangueo es un importante punto minero que recibe anualmente a las famosas Mariposas Monarca, las cuales recorren cada año 8.000 kilómetros para hibernar entre cedros y pinos. Además, durante los meses de noviembre hasta febrero el azul del cielo se pinta de negro y naranja por el batir de las alas de esta especie. Esta localidad es uno de los puntos imprescindibles para seguir el recorrido de este animal tan bello.
Cuitzeo
Situado en el norte de Morelia, se encuentra Cuitzeo, un pueblo tranquilo rodeado por el lago de Cuitzeo vestido de grandes árboles de tule y construcciones coloniales. Destaca el Conjunto del Convento de Santa María Magadalena que data del siglo XVI por los frailes agustinos.
Tacámbaro
De origen prehispánico, Tacámbaro goza de tener edificios coloniales y casonas. Su centro está lleno de recintos históricos como la Plaza de Armas, la Catedral de San Jerónimo y el Santuario de Nuestra Señora de Fátima. En cuanto a maravillas naturales se encuentra ‘La Alberca’, un cráter volcánico lleno de agua y rodeado de bosque. También es imprescindible la visita a la laguna de ‘La Magdalena’ de aguas azules y cristalinas.
Jiquilpan
Llamada la ‘ciudad de las jacarandas’ debido al gran número de esta especie de árbol – la Jacaranda- de flor lila que abunda en la zona. Asimismo, la localidad es conocida por los monumentos virreinales, sus artesanías y el trabajo de la seda. Goza de un patrimonio rico encabezado por la Parroquia de San Francisco de Asís, el templo del Sagrado Corazón y la biblioteca Gabino Ortiz, decorado por murales.
Tlalpujahua
El último de estos pueblos mágicos es perfecto para disfrutar de unos días tranquilos mientras se recorren sus pintorescas calles. Un pueblo lleno de museos, templos y paisajes naturales como el Parque Nacional Campo del Gallo, perfecto para los amantes del senderismo y el trekking. Los más aventureros pueden montar en lancha y practicar escalada.
Michoacán, una joya en el corazón de México