Hay ciudades a las que se va y ciudades a las que se vuelve. A Buenos Aires se vuelve. Sobre todo, porque uno nunca se cansa de pasear y descubrir más y más. Siempre falta una calle que patearse, un nuevo barrio por conocer, un museo que pasear, un choripán que no hemos probado, una terraza en la que sentarse a disfrutar de la vida porteña o un tango por bailar.
Testigos de las historias de sus ciudadanos y de los descubrimientos y sorprendidos viajeros que descubren la ciudad, los edificios de la ciudad hacen de ella una de las urbes en donde estos más relevan sobre su historia. Si tienes pensado volver a Buenos Aires, hacemos un repaso por los edificios más emblemáticos. Acompáñanos en este recorrido y descubre la mezcla de estilos que hace de esta ciudad un enclave único en el mundo.
Teatro Colón. Uno de los teatros líricos más importantes del mundo, restaurando en el 2010. Hasta 1500 personas participaron en la construcción de este espectacular edificio, dirigidos por los arquitectos Francesco Tamburini, Victor Meano y Jules Dormal. Con materiales blandos (telas, maderas y alfombras) en la sala y los palcos, y materiales duros (mármol y bronce) en los pisos superiores, la acústica del teatro es envidiada por otros teatros importantes del mundo. Mención especial merece la cúpula decorada por el pintor argentino Raúl Soldi.
Edificio Kavanagh. El que fuera el rascacielos más alto de Sudamérica (120 metros) es hoy un símbolo arquitectónico de la ciudad. En 1999 fue declarado Monumento Histórico Nacional y Patrimonio Mundial de la Modernidad por la UNESCO. El Kavanagh se sitúa en un enclave hermoso con terrazas jardín gracias a la forma escalonada del edificio y con todo tipo de comodidades modernas de la época como el aire acondicionado.
Palacio Devoto. Tomás Devoto, presidente del Círculo Italiano, mandó construir a Alejandro Christophersen una residencia que marcaría el comienzo de una abundante proliferación de lujosos palacios de las familias más acaudaladas de la ciudad. La majestuosidad de la residencia combina con la decoración interior sembrando las estancias con un rosa pálido muy característico dominante en la casa.
Palacio Barolo. Ubicado en el barrio de Monserrat, este edificio de tintes indios y referencias a la Divina Comedia de Dante Alighieri, construido por el arquitecto italiano Mario Palanti, tiene un hermano gemelo en Uruguay, el Palacio Salvo. Por lo que respecta al Barolo, fue el primer edificio de hormigón armado de la ciudad. Tiene una altura aproximada de 100 metros y su atractivo principal es el faro giratorio situado en la planta 22.
Café Tortoni. Bar mítico de Buenos Aires, es el más antiguo de la ciudad, fundado en 1858, y una parada obligatoria en este recorrido. La fachada del Tortoni fue obra del arquitecto Alejandro Christophersen, las mesas son de mármol y los espectáculos de jazz y tango en la sala inferior del café son algunos de sus reclamos más populares. Pero la verdadera fama del café viene dada por los clientes que ha tenido a lo largo de su historia: Jorge Luis Borges, Federico García Lorca y Julio Cortázar o Carlos Gardel disfrutaron de grandes momentos entre las paredes del Tortoni.
Palacio Pereda. La actual embajada de Brasil tiene un toque muy parisino. Fijándose en el Museo Jacquemart André de Paris, sus dueños mandaron construirlo al arquitecto francés Louis Martin, egresado por la prestigiosa École des Beaux-Arts. Sin embargo, quien terminaría firmando el proyecto final sería el popular Julio Dormal. La fachada, la decoración de su interior y las pinturas que alberga este palacio son las señas de identidad de la embajada brasileña.
Galería Güemes. Un impresionante pasaje peatonal de más de 100 metros de extensión que une las calles Florida y San Martín. Su punto más atractivo es el excelente mirador que reabrió al público en 2013. De estilo Art Nouveau, la arquitectura europea de finales del siglo XIX es visible gracias a los detalles de bronce y a sus imponentes cúpulas de vidrio y hierro.
Edificio Estrugamou. Situado en el barrio del Retiro, el Estrugamou es un ejemplo excelente de la arquitectura señorial de la primera mitad del siglo XX. Con un aire muy francés, es un bloque de viviendas pensado para familias adineradas de la época y, por ello, se usaron materiales de alta calidad como picaportes y herrajes de bronce importados de Francia o mármoles para las escaleras y los suelos de los vestíbulos. Los arquitectos que llevaron a cabo el proyecto son Eduardo Sauze y Auguste Huguier.
Centro Cultural Kirchner. El CCK es un espacio moderno, amplio y diverso dedicado a las artes visuales y escénicas, a la educación y en general a todo tipo de manifestaciones artísticas. De nuevo un arquitecto francés, Norbert- Auguste Maillart, firmó el trabajo. En 1997 fue declarado Monumento y Patrimonio Histórico Nacional y reabrió sus puertas en el 2015, con impresionantes detalles arquitectónicos como el vidrio facetado de la cúpula.
Palacio Duhau. El edificio de estilo neoclásico inspirado en el Château Du Marais, que en otra época fuera una vivienda familiar, pertenece hoy en día al hotel Hyatt de 5 estrellas. De decoración modernista, con muebles de estilo Belle époque y cuadros contemporáneos, los detalles de algunas de sus paredes en madera tallada, y sus suelos de mármol, marcan la diferencia.
Y si con estos no tienes bastante, quizá para la próxima visita apunta visitar las embajadas de destacados países como Francia, EEUU y Brasil. Una vez al año, Turismo de la ciudad organiza visitas para que puedas conocer por dentro estos emblemáticos edificios.
Más información: https://turismo.buenosaires.gob.ar/es
Street Art, una postal única de Buenos Aires
1 comentarios
Bellísimos, amo Buenos Aires, única ciudad que me dá alegria, soy un amante de Buenos Aires.