Si bien para muchos viajeros el final del mes de agosto significa la vuelta al trabajo y a las rutinas habituales, también es verdad que para muchas otras personas la llegada del mes de septiembre es el momento de inicio de las vacaciones ya que elegir este periodo del año encierra no pocas ventajas.
Para los que eligen lugares de Europa como meta turística el clima suele ser hasta mediados del mes bastante similar a las últimas semanas de agosto, y elegir septiembre significa pagar menos por el viaje y disfrutar del destino con muchas menos aglomeraciones que durante los meses de verano. Si se quiere recorrer ciudades de arte como Roma o Florencia las colas a los principales museos serán mucho más llevaderas.
Quien quiere optar por destinos de playa puede elegir islas como Baleares, Canarias, Cerdeña o Sicilia, donde se puede disfrutar de la belleza de sus aguas con un clima que sigue siendo estival. Lo mismo sucede en Malta donde la media de la temperatura en septiembre ronda los 28 grados.
Marruecos es otro de los lugares elegidos por los viajeros que optan por este periodo del año, y en este caso la diferencia de precio puede descender hasta un 74% menos.
Viajar a ciudades europeas como Berlín, Dublin, Amsterdam o Paris, sólo requerirá en algunos casos ropa de lluvia en la maleta si lo hacemos en las últimas semanas del mes, pero la diferencia de precio compensará sin lugar a dudas el riesgo en este caso.
Y para los amantes del enoturismo el mes de septiembre es el momento ideal para disfrutar de la vendimia, de muchas de las fiestas que rodean el momento del año en el que se recoge la uva, y para vivir en directo el cambio de paisaje en regiones tan bellas como el Penedès, la Rioja, la Alsacia francesa o la siempre mágica Toscana.