Adentrarse en la provincia de Burgos es destapar una caja de pandora rebosante de tesoros. A su apabullante riqueza natural, que la convierte en paraíso para los amantes de los paisajes y las actividades outdoor, se suma su riqueza histórica y patrimonial, herencia de su rol como “cabeza de Castilla” y lugar de paso del Camino de Santiago. Y así, siendo la primera línea de algunos de los capítulos más relevantes de la historia de España, la provincia de Burgos se convirtió en el escenario perfecto para la proliferación del arte románico.
¿El resultado? Un verdadero filón para los amantes del arte, la cultura y la historia, con un mapa de 3.000 kilómetros dibujado por 14 rutas básicas para perderse entre pueblos y paisajes, en los que construcciones y naturaleza se funden en un todo. A continuación, te desvelamos una joya por ruta. Cuál de ellas haces o si las haces todas, depende de uno mismo.
Iglesia de Santa María, en Neila
Se trata de uno de los máximos exponentes del románico serrano, una interpretación local de las formas románicas que floreció en la Sierra de la Demanda entre los siglos X y XIII, caracterizado por su sencillez y su carácter claramente didáctico. En esta comarca, donde la naturaleza y el arte se fusionan hasta complementarse, transcurre la Ruta 1 del Románico burgalés, El Románico de la sierra.
Y dentro de ella, obligada es la parada en la singular villa de Neila, rodeada de altas montañas. En ella, por supuesto hay que admirar su conjunto de arquitectura popular, en el que destacan varias casas solariegas, para dejar llevar nuestros pasos hasta la iglesia de San Miguel. Este templo de una sola nave, planta de salón, portada originalmente abierta al mediodía y cubierta de armazón de madera, es un significativo ejemplo del particular románico serrano.
Monasterio de Santo Domingo de Silos
Su fama transciende los límites de la provincia, hasta convertirse en un icono del arte en nuestro país. También es una parada imprescindible en la Ruta 2 del románico burgalés, que transcurre por tierras de Arlanza, Cervera y Silos, y lleva a bucear en la historia medieval y hazañas de personajes históricos como Fernán Gómez, doña Urraca, el duque de Lerma o el poeta Gonzalo de Berceo.
En el Monasterio de Santo Domingo de Silos, lo más sobresaliente de la época medieval es su maravilloso claustro románico. Siendo un lugar concebido como centro de la vida monástica, el claustro, además de ubicarse en el corazón del monasterio, tenía que ser bello, porque era el lugar de paseo y descanso.
Y en Silos esa belleza se logró de manera prodigiosa con un claustro magnífico. Por ello, sin lugar a dudas es parada principal de esta Ruta 2, en la que destacan otras joyas interesantes como el Monasterio de San Pedro de Arlanza o la Colegiata de San Cosme y San Damián en Covarrubias.
Monasterio de Villamayor de los Montes
Su claustro tiene importantes similitudes con el de Las Claustrillas, en Burgos, y guarda una de las pilas bautistas más esbeltas de las conservadas en el mapa del románico burgalés. Estamos, así, en uno de los puntos neurálgicos de la Ruta 3, El románico de las tierras de Muñó, que discurre entre páramos y campos de cereal, siguiendo el curso bajo del Arlanza y al compás de riachuelos.
El Monasterio de Villamayor de los Montes, ubicado en el pueblo del mismo nombre, es uno de los mejores exponentes del románico en la provincia y, sin embargo, no demasiado conocido. Habitado por monjas cistercienses, ha logrado pervivir a diez siglos de historia y mantener en pie sus tres joyas: iglesia, claustro y pila.
Ermita del Santo Cristo de Coruña del Conde
Muy cerca de la ciudad romana de Clunia, se ubica la pequeña población de Coruña del Conde, con varios monumentos que admirar: su legendario castillo del siglo X, lugar de disputas entre Almanzor y castellanos en numerosas contiendas, cuyas ruinas se alzan en el cerro que domina la población; sus dos puentes de origen romano, pero con reformas medievales; y la ermita del Santo Cristo, un ejemplo del románico rural burgalés con mucho encanto.
En su construcción se observa la existencia de elementos de diferentes épocas y procedencias, con una reforma a mediados del siglo XII, que le aportan los materiales propiamente románicos; corresponde a este momento la actual portada y la mayor parte de los canecillos. Ésta es solo una de las paradas de la Ruta 4, que transita Por tierras del Esgueva y Aranda.
Ermita de San Nicolás en Itero del Castillo
De lo que en su día fuera un Hospital de peregrinos del Camino de Santiago, queda este pequeño templo de una sola nave, planta de salón, muros de piedra, cubierta de armazón de madera y portada abierta al muro norte con doble arquivolta de arco de medio punto apuntado.
Es un ejemplo de los restos románicos que atesora la Ruta 5, Por tierras de Castrojeriz, Melgar, Villadiego y Peña Amaya, que sigue la ruta jacobea para adentrarnos en los recuerdos épicos de la historia medieval, rodeados por la naturaleza de un bonito paisaje a orillas de los ríos Arlanzón y Pisuerga.
Rebolledo de la Torre
Con su esbelta torre señorial presidiendo la Iglesia parroquial de San Julián y San Basilisa, he aquí uno de los monumentos más señalados del románico español y universal. De lo que fue el templo románico también queda la galería porticada románica, parte de su muro meridional y la portada.
Es una parada imprescindible en el mapa del románico y forma parte de la Ruta 6, que transita Por tierras de Villadiego, Amaya y valles del Tozo y Valdelucio, un circuito en la que cabe destacar las calidades estructurales y ornamentales, junto a las temáticas de sus esculturas monumentales.
Iglesia de San Esteban, en Bañuelos de Rudrón
Es una obra de mediados del siglo XII, formando parte de uno de los talleres que conforman la amplia escuela de Mena-Villadiego, tan presente en esta Ruta 7, A través de los Páramos, Rudrón y Ebro. Un recorrido que nos lleva a seguir los pasos de Rodrigo Díaz de Vivar en sus idas y venidas a la ciudad de Burgos y recorrer paisajes salpicados de construcciones, muchos de la amplia escuela de Mena-Villadiego, bajo cielos poblados de buitres leonados, águilas y halcones.
Monasterio de San Pedro de Cardeña
Se trata de una parada imprescindible en la provincia de Burgos, por ser el lugar donde El Cid se despidió de doña Jimena y sus hijas Sol y Elvira. Forma parte de Ruta 8, denominada Por la ruta jacobea: a la sombra de la Demanda, Cardeña y tierras del Oca, siguiendo la hipotética senda del destierro del legendario héroe burgalés.
La construcción del monasterio se realiza en varias épocas: la fachada occidental, sus torres, el escudo y el relieve del Campeador es obra de los siglos XVII y XVIII; la iglesia abacial de las décadas finales del siglo XV; y el claustro de los mártires del siglo XVII, donde se conservan restos románicos como la panda sur, la sala capitular y sus arcadas de acceso. Destaca la torre del Cid, escenario de la histórica despedida.
Monasterio de Rodilla
Es de los monumentos románicos más importantes y señalados del románico burgalés, castellano y español, especialmente por su cuidada y notable arquitectura. La cronología de este templo va desde la segunda o tercera década del siglo XII hasta las últimas décadas de la misma centuria, que es cuando se daría fin a los trabajos.
Es una de las paradas imprescindibles de la Ruta 9, que se adentra Por tierras de la Bureba, y que tiene otra visita obligada en el Monasterio de San Salvador de Oña. En la época medieval fue uno de los más importantes cenobios benedictinos castellanos y en su tiempo debió de poseer varias edificaciones de estilo románico, quedando en la actualidad restos que datarían del siglo XIII, como la iglesia, la sala capitular y las arcadas de medio punto situadas en el claustro.
Monasterio de Santa María de Herrera
Ubicado en los Montes Obarenes, data de las décadas finales del siglo XII y es una parada imprescindible en la Ruta 10, Por tierras del Valle de Tobalina, que nos lleva a sumergirnos en la increíble naturaleza de la zona. También es obligado visitar la ciudad de Frías, la más pequeña de España, con un monumental y bien conservado casco urbano que enamora a quien lo conoce. Curiosidad sobre la iglesia parroquial de San Vicente: su portada románica, el elemento más significativo, se encuentra actualmente en el museo de los claustros de Nueva York.
San Pantaleón de Losa
Ubicado en uno de los parajes más singulares y espectaculares de la provincia de Burgos, es una de las construcciones románicas más llamativas del mapa peninsular, no solo por la obra en sí, también por el entorno en que se emplaza. Construida sobre un saliente rocoso, en forma de proa de barco, se trata de una sobrecogedora obra realizada en la segunda mitad del siglo XII, pintando un escenario simplemente único.
Se trata de la parada más singular de esta Ruta 11, que se adentra Por tierras de Trespaderne y nos lleva a apreciar en las diversas construcciones restos escultóricos de los canecillos con motivos de notable plasticidad y calidad expresiva y elementos vinculados a la escuela de Mena-Villadiego. Otro lugar que sobresale en este recorrido es sin duda la Villa de Medina de Pomar, cargada de leyendas, historia y arte.
Templo de San Pelayo en Puentedey
La imagen más famosa de este pueblo es sin duda la del puente natural sobre el río Nela, un enorme arco natural de piedra atribuido por los antiguos pobladores a una obra divina. Sin embargo, no es lo único que admirar en Puentedey, una de las paradas clave de la Ruta 12, que se sumerge Por la Merindad de Valdivielso, adentrándonos en el valle del mismo nombre, cerrado por imponentes farallones de inusual belleza.
El Templo de San Pelayo de Puentedey es en la actualidad una iglesia de una sola nave, planta de salón, que se levanta sobre lo que fuera la románica de la que se puede ver casi todo el alzado y la cubierta.
Iglesia de San Lorenzo
Es el monumento más sobresaliente del Valle de Mena y uno de los más importantes de la provincia de Burgos, levantado a finales del siglo XII o comienzos del XIII, siendo sede de una de las encomiendas de la Orden de San Juan de Jerusalén.
Estamos en la Ruta 13, la que nos lleva por la Merindad de Montija y el Valle del Mena, en donde el románico destaca por la escultura monumental y los relieves y las temáticas y motivos plasmados en éstos, ya que a través de ellos podemos descubrir los inicios de Castilla y de su lengua.
Monasterio de Santa María de Rioseco
Unas ruinas tan románticas como impresionantes que nos brindan elementos constructivos que van desde el siglo XIII hasta el XVIII de un impresionante lugar que estuvo habitado durante siglos por “monjes blancos” de la Orden del Císter, llamados así por su indumentaria, por contraposición a los monjes cluniacenses, conocidos como “monjes negros”.
Es una parada fundamental de la Ruta 14 del románico burgalés, que se adentra Por los valles de Manzanedo, Zamanzas y Valdebezana, en cuyas construcciones destaca la escultura monumental de capiteles, tímpanos y canecillos.
Más información: www.burgosromanico.com
Viaje por el patrimonio histórico y natural de la provincia de Burgos