Silicon Valley, la jaula de oro más tecnológica del mundo, atrae la atención mundial sólo con pronunciar su nombre. El centro de operaciones de Facebook, Google, Uber o Apple, es el lugar donde encontraremos más cerebros por metro cuadrado especializados en software, internet y tantas otras tecnologías informáticas de nueva creación.
Algunos incluso hablarán de hordas de ‘frikis’ que se pasan las 24 horas del día conectados a un ordenador trabajando para corporaciones y startups para sacar de la nada nuevos millonarios. Extendiéndose desde la ciudad de Belmont hasta San José alrededor del extremo sur de la Bahía de San Francisco, Silicon Valley es la meca de algunas de las multinacionales más grandes del planeta.
Es una esquinita al sur de California en la que se puede visitar un museo que parpadea y vibra, tiendas de alto standing y restaurantes de incontables estrellas. Sin olvidar el jardín de esculturas de Android con piezas que conmemoran el lanzamiento de diferentes sistemas operativos, el Centro de visitantes de Apple Park, el icónico cartel de ‘Me gusta’ del campus de Facebook, o el modesto edificio de Palo Alto donde todo comenzó, el garaje en 367 Addison Avenue donde, en 1939, Bill Hewlett y Dave Packard forjaron una sociedad que se convertiría en HP.
Pero no queremos hablar de tecnología. Igual que no debemos permitir que los árboles no nos dejen ver el bosque, tampoco es buena idea que la arrogante aura de Silicon Valley nos oculte las maravillas naturales que lo rodean. Sí podemos hacer que sea la coartada perfecta para explorar otras riquezas de la zona.
Desde las aceras de Palo Alto hasta las colinas de San Francisco, pasando por los pasillos de la Universidad de Stanford, aquí podemos encontrar otras muchas cosas que también llaman la atención, ya sea naturaleza, tecnología o arte. El Lago Tahoe, Yosemite, las Secoyas o la vida nocturna de San Francisco son alternativas al ambiente estirado de Silicon Valley.
A un tiro de piedra, encontraremos otras opciones que enriquecerán nuestro viaje, más allá de computadoras, chips y sobredosis de business. Sólo hay que salir a explorar la Bahía de San Francisco y fijarnos en las cosas que saldrán a nuestro camino.
Palo Alto
Palo Alto es una ciudad al sur de la Bahía de San Francisco, famosa por alojar la reconocida universidad privada de Stanford y ser sede de numerosas empresas tecnológicas de Silicon Valley, como HP o Microsoft. Palo Alto es al mundo tech lo que Hollywood es al cine. Palo Alto tiene su propio remanso de paz, la Reserva Natural de Baylands, una zona natural llena de caminos para hacer senderismo, poblada por animales, e incluso un lago donde pasar el día pescando.
San Francisco
Qué decir de esta icónica ciudad. Cruzar el Golden Gate ya es una experiencia para recordar y pasear por los barrios de Castro, uno de los lugares donde más se luchó por los derechos de la comunidad LGTBI, son motivos suficientes para una escapada. Visitar el antiguo barrio de pescadores, Fisherman’s Wharf, o perderse en el Barrio Chino, el segundo más grande del mundo, llegar hasta el mirador Twin Peaks y recorrer sus calles en su histórico y televisivo tranvía, son otras irresistibles razones para visitar esta ciudad de empinadas calles y colinas. Sin olvidar Little Italy o las Painted Ladies, casas de estilo victoriano que son por sí mismas una atracción turística.
Sausalito
Es un pequeño pueblo de apenas diez mil habitantes. Sus calles son tranquilas y sus casas pequeñas propias de una arquitectura colonial. Con una luz especial, desde Sausalito se distingue la silueta de la isla de Alcatraz, conocida como la Roca, y se contempla la vida pasar a través de los barcos que navegan cruzando el Golden Gate.
Alcatraz
Situada en la bahía de San Francisco, fue un fuerte militar para después convertirse en la prisión más famosa del mundo. La cárcel funcionó de 1934 a 1963 y en la actualidad su visita es una de las mejores experiencias que nos ofrece San Francisco. A la isla se accede en un barco que realiza el trayecto durante todo el día o por noche, en el que se puede hacer un tour nocturno por la cárcel. Durante la visita se puede entrar en diferentes salas y celdas de la prisión, como la que estuvo Al Capone o la del preso que interpretó Clint Eastwood en la película ‘La Fuga de Alcatraz’ .
San José
Al sur de la bahía de San Francisco, fue la primera ciudad española de California. Hoy es la ciudad dormitorio de Silicon Valley. Su centro urbano es en sí mismo una atracción turística, con museos, galerías de arte y centros culturales, además de un gran ocio nocturno.
Capaz de albergar conjuntamente el Museo Tecnológico y el Museo de Arte, destaca la extraña Winchester Mystery House, una mansión de estilo victoriano descomunal, llena de laberintos y pasadizos. Esta extraña construcción posee pasillos que serpentean y parecen no llegar a ninguna parte, así como escaleras que suben para volver a bajar de forma injustificada, proporcionando un ambiente inquietante.
Napa Valley
Más de 400 bodegas salpican los fértiles suelos del Valle de Napa, una de las principales regiones vinícolas del mundo y famosa por su preciado Cabernet Sauvignon. Una buena forma de captar la verdadera esencia de esta región es subir a bordo del Wine Train. Este tren construido en 1952, y totalmente restaurado con exquisito gusto y detalle, recorre los históricos viñedos de la pintoresca localidad de Santa Elena sobre unos raíles amarrados al suelo desde 1860.
Universidad de Stanford
Como su propia web presume, esta universidad, de la que han salido más de una veintena de premios Nobel, es un lugar para el aprendizaje, el descubrimiento, la innovación, la expresión y el discurso. Creada en 1885, es una de las principales universidades de investigación del mundo y una marca de excelencia académica, particularmente reconocida por sus programas superiores que incluyen ciencias físicas y biológicas.
Yosemite
El Parque Nacional esconde en sus más de 3.000 metros cuadrados, valles profundos, grandes prados, antiguas secuoyas gigantes y una vasta área silvestre. Fue denominado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1984 y es reconocido internacionalmente por sus acantilados de granito y su gran diversidad biológica, ya que erca del 95% del área del parque es zona salvaje.
Es evidente que la jaula de oro más tecnológica del mundo esconde muy buenos motivos para visitar sus alrededores…