El otro fin de semana hice mi primer curso de alpinismo. Era una idea que ya me rondaba por la cabeza, pero que nunca me decidía a hacerla realidad. Quizás por el respeto que merece la montaña, que me tomo muy a rajatabla, o quizás por desconocimiento del medio.
Pero un amigo me convenció de que no hay mejor excusa, me dijo: – ¿Qué mejor que conocer la montaña, saber cuáles son sus riesgos y aprender a gestionarlos? – Y tenía razón.
Así que, armándome de falsa valentía, me apunté a un curso de iniciación al alpinismo que daba el Centro Alpino de Barcelona. Salíamos a las 6 de la mañana, madrugón de los buenos. Éramos 2 e íbamos en coche, así que ofrecimos los 3 asientos traseros, por si algún otro alumno del curso no tenía medio de transporte y así reducíamos gastos y esas cosas ;-). Acabamos llenando el coche con 3 desconocidos, que resultaron ser ¡muy buenos compañeros de viaje!
La organización nos hizo alquilar todo tipo de material para el curso: casco, arnés, crampones, pala, sonda, arva y piolé. ¿Sabéis lo que significan cada uno de ellos? Yo tampoco lo sabía.
Con la mochila bien cargada llegamos a La Cerdanya, dónde nos encontramos con nuestro fantástico guía, Lluc. Fue uno de esos pocos fines de semana de frío, frío, frío… Nos fuimos hacia Lles de Cerdanya – fue un logro llegar hasta la estación de esquí sin cadenas – salimos del coche y ¡Por dios qué frío! Se nos congelaron literalmente las manos y los pies. Entramos en el Refugi Cap del Rec para recibir las primeras clases de la formación. Aprendimos cosas muy interesantes como que el calor se transfiere, y por tanto se pierde, por tres motivos: Conducción, Convección y Radiación. Que en la montaña siempre se deben llevar 3 capas cómo mínimo: térmica transpirable, polar y plumón impermeable. Yo en mi caso, llevé un plumón y un impermeable transpirable de montaña – Nada de impermeables de plástico -.
En la montaña es muy importante la orientación, hay que saber orientarse con un mapa, una brújula, un altímetro, con puntos de referencia que puedas identificar en el mapa como por ejemplo un río, la posición del sol o de las estrellas, etc. Porque si no hay visibilidad, todo se puede complicar.
Hay calcular la ruta antes de salir de casa, horas y km. Mirar la predicción del tiempo: nieve, viento y sobretodo las aludes. Si hay previsión de aludes, no hay que salir.
En el curso pusimos en práctica todos los conceptos y todo el material alquilado. Hicimos protocolos de actuación para aludes, qué hacer tanto si te pilla a ti el alud, como a un compañero; para ello se utilizan el arva, la sonda y la pala. Practicamos la autodetención en bajada con el piolé. Y cómo subir pendientes heladas con crampones.
Parece que dé un poco de respeto, pero fue uno de los mejores fines de semana en mucho tiempo. Aventura, tiempo de calidad y felicidad. Me sentí muy viva y aprendí muchísmo.
¡Gracias!
Escarlata O’Donnell
